Velada de sueños se vivió con la Escuela de Danza de Tungurahua
Las luces se apagan, el telón de fondo se abre, una suave melodía inunda la sala y los bailarines empiezan a marcar el ritmo. Así se vivió en Ambato, el Día Internacional de la Danza con la presentación de la Escuela de Danza del gobierno provincial de Tungurahua.
Mauricio Naranjo, director del Centro de Desarrollo de las Artes del Consejo Provincial, manifestó: “Como instructor del Taller de Danza del gobierno provincial, me ha parecido muy interesante la respuesta de la gente a este evento. El apoyo de los padres es fundamental en este tipo de situaciones”.
Mediante suites y obras cortas de danza contemporánea y clásica los alumnos mostraron a los asistentes cuidadas coreografías dedicadas al arte de la música, el ritmo y el movimiento.
Durante la velada, también se disfrutó de una representación de baile moderno y una de tango clásico.
Los padres de los bailarines se mostraron contentos con las expresiones de arte de sus hijos, las cuales —dijo alguno— las exteriorizan no solamente al actuar, sino durante su cotidianidad.
Fernando Naranjo, Prefecto Provincial de Tungurahua, señaló que “uno de los atributos del Nuevo modelo de gestión es que la cultura y las artes son transversales en el desarrollo humano. La Escuela Permanente de Danza, parte del Centro de Desarrollo de las Artes, es una de las áreas con mayor demanda de la comunidad. Es muy reconfortante que luego de seis años de formación, nuestros bailarines ya sean sujetos activos y generadores de ese arte y emprendimientos que afianzan el reto de fortalecer a esa expresión en la provincia”.
En efecto, cientos de tungurahuenses asisten a diario de manera gratuita al proceso de formación de bailarines que desarrolla el gobierno provincial.
De su lado, los maestros de la Escuela señalaron que formar a los bailarines a partir de los siete años de edad es una de las tareas más comprometidas y que requiere de plena solidaridad y generosidad.
Mauricio Naranjo añadió que la Danza es también una oportunidad para mejorar la integridad del ser humano. “El arte per sé es virtud, pero no basta con llegar al virtuosismo dancístico e interpretativo con movimientos corporales elaborados. Para que un bailarín destaque y perdure su entrega en escena, es fundamental que cultive y mantenga por siempre, su sentido de solidaridad y de compromiso con la gente, con la comunidad, porque de lo contrario, su brillo se perderá en el olvido, como todo lo que un día aprendió”, finalizó Naranjo.