Jóvenes residentes en parroquias y barrios del norte de Ambato y que estudian en centros de formación académica del sur, se quejan por los problemas que tienen con el servicio de transporte urbano. Es el caso de Omar Freire, alumno universitario de tercer semestre de Derecho en Uniandes. Según él, al momento de solicitar una carrera de taxi desde esa parte hacia el centro de formación superior, ubicado en Terremoto, los taxistas se niegan a llevarlo. “Al no tener un vehículo propio, debo tomar varios taxis a diario para ir y volver de la universidad. Los conductores prefieren atravesar toda la ciudad para llegar a la universidad, y evitar el paso lateral. Creo que esto se debe a que a más de la caída de piedras y tránsito lento, en ese lugar han ocurrido varios accidentes y choques frontales, así como asaltos en horas de la noche”, opinó Freire. Este recorrido, añadió, incrementa el precio de la carrera al doble de los tradicionales $ 3 que cuesta la ruta por ese anillo vial.

Al igual que Freire, otros universitarios argumentan que debería agilitarse la estabilización de los taludes para que los taxistas puedan cumplir su labor.

“La falta de seguridad en esa vía no solo nos afecta a los estudiantes, también a todos los que residimos, trabajamos y a los que comercializan en el norte o sur de la ciudad y necesitan atravesar esa perimetral. Si ya estuviese habilitada en su totalidad, se podría solicitar al Municipio la incorporación de una línea de bus urbano que movilice a la gente y evite el caótico tránsito vehicular del centro de Ambato”, manifestó Lorenzo Fuentes, también estudiante de Uniandes.

El mayor flujo de personas que viaja a diario por el paso es estudiantil. Le siguen los agricultores, ganaderos y comerciantes de textiles, calzado y otras mercaderías que llegan de ciudades cercanas, tanto del norte como del sur de Tungurahua. Ellos se suman al clamor de los universitarios. Piden una línea de transporte público que movilice a la ciudadanía entre ambos puntos.

“Es cierto que para que este clamor sea atendido, primero que nada el Concejo Cantonal, la Agencia de Tránsito y las cooperativas de transporte deberían estar de acuerdo; no obstante, la necesidad de estas personas seguramente sensibilizaría a las instituciones”, comentó Roberto Sanguil, comerciante de ropa de San Pedro de Pelileo.

De momento, el único transporte que circula por allí son los buses, furgonetas y camionetas que ofrecen movilización interprovincial, pero que recogen y dejan personas desde los puntos de partida hasta los sectores de destino.

Al igual que Sanguil otros comerciantes de ropa de Pelileo y vendedores de calzado del cantón Cevallos, creen que debería haber una línea de buses interparroquial que cubra la ruta del paso lateral, que atraviesa aproximadamente 32 kilómetros desde la entrada sur, muy cerca del Mercado Mayorista, hasta la entrada norte, próxima del desvío a Píllaro.