La historia habla de jíbaros y murgas también en Ecuador, sin embargo desconcierta la ausencia de descripción de ellos
Un extraordinario viaje desde Ambato hacia Canelos, en 1846
El 14 de octubre de 1846, salió de la villa de Ambato, una Comisión ordenada por el presidente de la República, Vicente Ramón Roca, para dar un informe pormenorizado y diario sobre la apertura de una vía que conectara Ambato con la región oriental, hacia Canelos.
A decir verdad, para la época, estaba realmente internada en la profundidad de la selva amazónica. Se dio un informe ‘topográfico’ sobre tal recorrido, el cual fue publicado en El Nacional (Año 2, N°. 102 de 1847, el 30 de julio).
La Comisión partió de Ambato “experimentando un excelente camino” y buen clima, y se encontró con el “río pequeño y puente de madera llamado Pachanlica”, que desde la capital tungurahuense dista 2 leguas hasta el sitio, (y que se sabe bajaba por Cevallos actual).
“Ese mismo día siguió la Comisión su marcha por Pelileo y halló que su camino para el pueblo de los Baños era muy quebrado y pensionoso”. El camino por Guambaló “es bueno, conocido y traqueado” y se dijo que del Pachanlica a ese lugar había unas 3 leguas.
“Ese mismo día siguió la Comisión su marcha hasta concluir con la extensión de su día…y tomó la dirección hacia la hacienda Guadalupe donde descansó hasta el día siguiente”.
“El día 15 siguió la Comisión su marcha hasta el puente del río de Chambo, nombrado en este lugar Cusna y suspendida empezó a tomar instrucciones del nacimiento de su río”. Desde Guambaló hasta ahí, calcularon “dos leguas de un mal camino pendiente y fragoso…y se instruyó que este río nacía de una laguna…nace de la montaña a Macas” pasa por Chambo y se llama Penipe cuando pasa por ahí.
Luego se explica que toma las aguas del Puela “y desde esta unión ya tomaba más cuerpo y venía con el nombre de Usna, caudaloso, correntoso y respetable…
Luego siguió la Comisión su marcha hacia Baños por la falda del Tungurahua que es un camino montuoso pero bueno, donde había muchos árboles útiles como el hermoso mandar, cuyas hojas son redondas y gruesas, y cuya lágrima, cuando lo picaban, era de una semejanza y olor al sahumerio.
Otro de aliso, bueno para construcciones de casas por su dureza, permanencia e incorruptibilidad: otros nombrados balsas, cuya corteza servía para ataduras por su elasticidad y distancia, pues eran de largo hasta de 3 y 4 varas.
Notando al mismo tiempo algunos gorjeos de aves singulares en su canto y colores como los quinquines del tamaño de una torcaza, de color unos amarilloso con pescuezos malvas, y otros auroras con pintas negras, y patitos que por el orden de su silbido tienen este nombre; muchos mirlos del tamaño de los comunes pero pajizos o del color de ceniza.
Algunas pavas del tamaño de una gallina…al fin paramos en este día en la unión de los ríos Cusna y Patate…para instruirnos del nacimiento del río de Patate que venía por el sur, y hasta este punto caminamos desde el Cusúa, legua y media”. (Nótese que por error tipográfico arriba se escribe Cusna y Usna). La Comisión prosiguió por el río de Baños, que toma ese nombre desde la unión del Cusúa con el Patate.
Cerca de Baños
Luego se explica que el río Patate se forma en los deshielos del Cotopaxi y recibe los afluentes Naxiche y Ambato por el occidente, y Guapante, Cusatagua y Río Blanco por el oriente, desde el lugar que ahora es Las Juntas. “Tomó la Comisión su giro hacia el oriente, siguiendo el cauce de los ríos Cusna (Cusúa) y Patate ya unidos y el cual es ya caudaloso y muy corriente y baja ya con el nombre de río de Baños…
En su camino observamos unos montes de piedras vomitadas por el volcán Tungurahua, por cuyas cimas se transitaba, y algunos respiraderos en su falda la cual tenía un buen temperamento con algunos establecimientos en los que sembraban caña dulce.
Al fin tocamos por la tarde con el primer riachuelo a la entrada del pueblo de Baños llamado Badcum que nace en el nevado del Tungurahua y viene su agua mezclada con algunas vertientes de agua salada y caliente que están a sus orillas, de las cuales cocinan una sal muy medicinal, y su agua entra al río grande nombrado Baños.
Enseguida entramos ese día al pueblo de Baños sin notar en su camino más de lo referido”.
El documento explica que desde Las Juntas hasta Baños hay legua y media de distancia y que desde Ambato a Baños hay 10 leguas “y se transitan a caballo en un día”. Conviene también destacar una nota que dice que el puente de Cusúa “tiene el ancho de tres varas sobre estribos de cal y piedra, y construidos en el año de 41 (1841) por el teniente Vicente de la Vega y comisionados en esta ocasión para el camino de Canelos”.
El 16 de octubre de 1846, la Comisión explica que va a internarse en la selva y a principiar su trabajo “en la apertura del camino, en la cual se contará lo caminado, por día, en cuadras, para en su suma sacar las leguas”.
“Habiendo parado en ese lugar de Baños desde la tarde del día 15 hasta el siguiente 16 en que salimos como a las 10 del día, mientras se reunían los 10 peones previstos y pagados por el Supremo Gobierno para esta apertura.
Notamos que su temperamento era muy agradable y sano aunque su suelo húmedo, su localidad preciosa y siempre verde por sus sembrados de caña dulce, árboles frutales y montes vestidos de árboles.
Sus habitantes de buena construcción y genios amables y generosos. Los frutos de sus terrenos no escasos ni comunes, pues producían excelentes batatas conocidas por camotes de varias especies, zanahorias, zambos, zapallos, maíz, etc. y que lo demás de su provisión la hacían a cambio de estas cimientes y raíces.
Y que subsistían cómodamente, poseyendo además un excelente templo construido con cal y piedra con buena torre, y campanas, pretil media naranja a su puerta, etc. En la cual se guardaba a la hermosa y portentosa Virgen de Agua Santa, sentada en una silla, habiéndose conjeturado el número de sus habitantes de toda clase como de 1.000 y más en su extensión”.