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Tzawar Mishki, sello de identidad de los Salasakas
Pese a que la elaboración del Tzawar Mishki, bebida obtenida de la penca andina agave, no es exclusiva de Tungurahua, el significado espiritual y social que tiene para una comunidad indígena de esta provincia la han convertido en parte fundamental de su identidad.
Salasaka, parroquia rural del cantón Pelileo y ubicada a 15 minutos de Ambato, es conocida a nivel nacional por la excelente calidad de sus artesanías, telares antiguos, sus tradicionales hilanderas, el museo etnológico donde se cuenta la historia de la etnia y por ser una de las pocas comunidades que guardan hasta hoy casi intactas sus costumbres y cultura ancestral.
A más de esto, es famosa por ser la población tungurahuense donde aún se elabora el Tzawar Mishki, brebaje natural cuya traducción en español es “agua de cabuya dulce”, de la misma forma como se la obtenía hace 4 siglos.
Manuel Chibunga, indígena de 65 años, mencionó que este zumo es considerado como medicinal, revitalizante y sagrado.
“Tomando en cuenta que proviene de la fusión de dos ‘hijos de la pacha mama’, el Tzawar Mishki es sagrado. La lluvia que fecunda nuestras siembras de cebada, trigo y maíz, sumada a los elementos energizantes que provienen del interior de la penca, dan como resultado una bebida tan nutritiva que cura el dolor de estómago, mitiga el cansancio, elimina toxinas del cuerpo, refresca los riñones, hígado, sistema linfático y hasta combate la depresión”, dijo.
La preparación de la bebida empieza desde mediados de octubre hasta finales de noviembre, cuando los troncos más antiguos del agave han entrado en la fase final de su vida. Con la ayuda de una cuchara o cuchillo pequeño se realiza una perforación en la base o tallo de una cabuya grande, de tal forma que se forme un agujero lo suficientemente ancho en su fondo como para permitir que el agua de lluvia, que en esta época es frecuente, ingrese al orificio y permanezca allí por varios días o semanas, para lograr su sabor característico.
Con este procedimiento, el líquido se acumula en la base de la planta andina y permanece allí en reposo por al menos 20 días, dependiendo de la frecuencia de las precipitaciones fluviales.
En esta tarea participan los ancianos del pueblo. Ellos, tratan cada año de perennizar esta tradición enseñándola a los más jóvenes.
“Pese a la influencia de la sociedad moderna, hemos logrado que esta tradición se mantenga en la comunidad. Esto mediante la concientización sobre la importancia que tiene esta bebida para nuestra comunidad, pues sobrevivió a la conquista española”, dijo Baltazar Chasipanta, anciano de 85 años.
Por esta razón, se considera al Tzawar Mishqui como un símbolo de la resistencia indígena y de fortaleza espiritual andina. Tras una o dos semanas de la celebración del 12 de octubre, como el Día Nacional de la Resistencia, cada año se celebra en esta comunidad un festival cultural que incluye presentaciones dancísticas, musicales, poéticas y espirituales, y en el que las antiguas y nuevas generaciones de Salasakas comparten la bebida como símbolo de amistad y regocijo. El presente año, este festival se realizará el 31 de octubre y el 1 de noviembre.
La consistencia del Tzawar Mishki es un poco espesa, ya que tiene un sinnúmero de componentes naturales, como minerales y vitaminas, que han sido extraídos directamente de la tierra. Su sabor es similar al del cristal que posee la sábila, ya que al ser plantas de la misma familia, comparten esta particularidad.
Quien ha probado este néctar natural coincide en que el dulzor de esta bebida es impresionante, muy diferente al dulzor que tiene un líquido sazonado con miel, panela o azúcar.
Hay quien además utiliza el Tzawar Mishki como agua pase para preparar una bebida de arroz de cebada, que en este caso duplicaría su valor nutricional por los aportes de dicho cereal.
En Tungurahua, la bebida también se la puede encontrar en Picaihua, Cevallos, Quero y otras parroquias y cantones donde aún sobrevive el penco agave, característico de zonas desérticas, y por ende la costumbre de su elaboración muy difundida por sus cualidades medicinales y sagradas.
Es considerado como un tónico digestivo, bebida refrescante, diurética, antiséptica, cicatrizante interno y desparasitante. Al no existir una tienda especializada en la que se expenda esta clase de bebidas, se la puede encontrar directamente en casas y centros culturales de los pueblos antes mencionados.