En el centro de Pastaza existe un colorido y alegre paraje que debe su fundación, emprendimiento, desarrollo y progreso a un grupo de visionarios tungurahuenses.

Se trata del barrio Obrero, ubicado en la entrada al Paseo Turístico del río Puyo, el lugar más visitado de la capital de Pastaza que cuenta con restaurantes, bares, locales comerciales y hermosos miradores de propietarios ambateños, pillareños, baneños y pelileños.

Fue creado en 1973, cuando un grupo de 60 personas, mayoritariamente ambateñas, convirtió el pantano que existía en el lugar en un malecón turístico con vistas hermosas de la flora y fauna típica de la Amazonía y una amplia explanada habitable con capacidad para albergar viviendas y locales comerciales.

Pedro Paredes, uno de los tantos emprendedores y arriesgados tungurahuenses que se radicaron en Puyo a inicios de los setenta, explica que esta ciudadela es la más visitada de la urbe por turistas.

“El progreso que el sector del barrio Obrero representa para la ciudad es fruto del trabajo y empeño de unos ambateños que, hace 41 años, decidimos buscar mejores condiciones de vida en esta ciudad. En una intensa jornada de limpieza y remoción de vegetación seca e inservible, transformamos la enorme ciénaga que había a las orillas del río Puyo, en un lugar productivo y turístico”, afirma.

Para lograr tal propósito —añade— se emplearon innumerables toneladas de tierra para tapar y rellenar la húmeda ladera y convertirla en una explanada firme y capaz de soportar el peso de las viviendas que años después se construirían y el malecón que ahora es el lugar preferido para hacer fotos.

Justo en ese momento nació el plato típico de Puyo, y que paradójicamente fue creado por este y otros tungurahuenses que colaboraron en esta tarea.

“El alcalde de ese entonces nos dio el visto bueno para proceder a rellenar el pantano, con la condición de que cada obrero llevara su propia comida. Los propietarios de volquetas decidieron ayudarnos con el transporte de la tierra y, cuando llegó la hora de comer, se hizo una mesa general con los alimentos que cada uno había llevado. Ese fue el inicio del tradicional ‘volquetero’, plato llamado así en honor de los colaboradores choferes que facilitaron el trabajo de aquel día”, señaló Manuel Fernández, ambateño colono de esta zona y propietario de un negocio donde se elabora pan de Pinllo.

El ‘volquetero’ está compuesto por chochos, tostado, chifles, una lata de atún, cebolla y un limón que, según Fernández, es el ingrediente que curte y mezcla todos los componentes para crear un sabor intenso y único al momento de degustarlo.

Hay 7 comedores que ofertan esta especialidad culinaria por $ 4, $ 5 y $ 6. Debido a lo consistente de este alimento, un solo plato puede satisfacer el hambre de hasta 3 personas.

Homero Escobar y Jaime Rodríguez son otros emprendedores tungurahuenses y propietarios de restaurantes donde también se puede saborear este plato.

Posteriormente, los colonos serranos empezaron a edificar viviendas, restaurantes, panaderías, almacenes y locales comerciales.

Producto de esto, en este barrio que abarca un perímetro de 25 cuadras proliferaron discotecas, bares, karaokes y locales de ocio donde los turistas y lugareños pueden escuchar música, charlar o mirar un partido de fútbol. También en algunas tiendas ofertan artesanías de la zona como lanzas, cuchillos, flechas, pulseras, aretes, etc.

Otro de los atractivos es el Paseo Turístico del Río Puyo que con más de 2 kilómetros de senderos sirve de museo a cielo abierto para admirar la fauna y flora típica de este cantón amazónico.

Este fue el primer recurso turístico con visión ecológica y natural que la Municipalidad creó en Pastaza; y con el objetivo de concienciar a la población sobre la importancia de cuidar esta clase de ambientes.

Los turistas pueden visitar el lugar todo el año, en horario de 05:00 a 19:00. Miembros de la Policía Nacional realizan patrullajes para reforzar la seguridad.