Publicidad
En el país existen otras 19 personas con este cargo
Tungurahua tiene a su primer Juez de Paz (Galería)
Cien habitantes de la parroquia Los Andes, del cantón Patate, en Tungurahua, asistieron el pasado sábado a la posesión del primer juez de paz de la provincia.
Se trata de William Vásquez, de 45 años y morador del caserío Río Blanco, quien a partir del 31 de enero es el encargado de resolver con equidad conflictos individuales, vecinales y comunitarios.
“Mi trabajo está enfocado en concienciar a los vecinos sobre lo costoso y tardío que puede llegar a ser un proceso judicial. A través de la mediación y del diálogo se pueden resolver muchos problemas”, dijo.
Él, al igual que los jueces de paz de otras ciudades, cuenta con la aprobación del Consejo de la Judicatura. Linda Amancha, directora de la entidad en Tungurahua, señaló que la gestión de estas personas agiliza la resolución de malentendidos en las comunidades.
“Ellos son promotores del diálogo. Mediante este mecanismo se propicia un encuentro amistoso entre las partes involucradas en el problema para tratar de resolverlo de manera local, sin necesidad de llegar a instancias mayores”, acotó.
Esta labor, añadió, evita gastos por parte de los implicados en juicios y trámites judiciales pues todos los servicios del programa ‘Justicia de Paz’ son gratuitos.
Desde octubre
Los 18 representantes de las comunidades de Río Blanco y El Galpón, de Patate, mediante acuerdos participativos, eligieron a Vásquez como juez de paz de su comunidad el 14 de octubre de 2014.
De esta manera se convirtió en la primera persona con esta designación en el país, pues hasta esa fecha no se había designado a los 19 jueces que ahora existen a nivel nacional. Desde su designación, Vásquez ha recibido continuas capacitaciones en temas jurídicos y de mediación a cargo del Consejo de la Judicatura.
Su oficina estará en el Gobierno Autónomo Descentralizado (GAD) de la parroquia Los Andes, a 5 minutos del centro del cantón, y contará con un grupo de colaboradores que le ayudarán en sus tareas.
Édgar Rodríguez, presidente del GAD parroquial, manifestó que uno de los inconvenientes más usuales allí son los limítrofes.
“Entre sus funciones está atender y brindar posibles soluciones a malentendidos con linderos. Debido a que este tema es frecuente, el juez, así como su equipo de apoyo, deberán salir a las comunidades, socializar el programa de ‘Justicia de Paz’ y conocer los pormenores de los conflictos fronterizos”, puntualizó.
El funcionario señaló además que de no resolverse el problema a través de esta instancia, el caso se archivaría y la persona demandante podría realizar cualquier demanda o trámite judicial contra la otra parte.