Tres casos de violencia impactan en Cotopaxi
Molesto porque su conviviente quiso abortar, Juan Carlos Taco hundió un cuchillo por 10 ocasiones en el cuerpo Noemí N. Después escapó.
La agredida murió poco después con varios órganos internos desangrados y fisurados, tras ser internada de urgencia en el Hospital General de Latacunga.
Ocurrió hace casi un año, pero es hasta ahora uno de los crímenes que por el nivel de violencia física que se utilizó todavía impacta a los cotopaxenses.
El agresor, un artesano de profesión, decidió entregarse a la Policía. Aunque intentó justificarse aduciendo que su crimen fue cometido en un momento de inconsciencia causada por el consumo de licor, fue condenado por homicidio agravado, puesto que la figura del femicidio aún no entraba en vigencia en Ecuador.
Esto ocurrió un mes después de que en Salcedo encontraran el cuerpo de Yolanda Toapanta, de 22 años, descuartizada y con signos de haber sido violada, dentro de un costal de yute que fue abandonado en el barrio La Argentina.
Las muertes de Noemí y Yolanda no son aisladas. Durante la reciente visita a Latacunga, el fiscal general de la nación, Galo Chiriboga, dio a conocer que luego de Sucumbíos, Zamora Chinchipe y Esmeraldas, Cotopaxi es la provincia donde más asesinatos a mujeres se cometen.
En enero de este año una niña de 11 años fue hallada muerta en el sector Tingo-Tiobamba (Latacunga). Según su hermano, de 15 años, la menor presuntamente se cayó al canal de agua y se ahogó. El pequeño cuerpo fue encontrado flotando.
Las versiones sobre este hecho no convencieron a la Policía porque el cadáver, aparentemente, intentó ocultarse.
El hermano fue detenido y luego de la investigación se determinó que él atacó sexualmente a la menor y después la mató.
El adolescente fue puesto en manos del Centro de Adolescentes Infractores de Ambato, para que pagara su crimen.
“Hace años era impensable que cosas así pasaran. La sociedad no es la misma, estamos convirtiéndonos en seres insensibles frente a estos acontecimientos de violencia extrema y no podemos permitirlo, debemos reaccionar”, aseguró Yolanda Tonato, latacungueña de 51 años.
En lo que va de este año, 395 denuncias de violencia intrafamiliar fueron receptadas en la Unidad contra la Violencia de la Mujer y la Familia del Consejo de la Judicatura de Latacunga. Los fines de semana y feriados estos casos aumentan.
Solo el viernes, sábado y domingo de la Semana Santa se registraron 10 denuncias por maltrato intrafamiliar, dijo Rómulo Núñez, juez de la Unidad. Sobre las denuncias prevalece el maltrato psicológico, seguido de agresiones físicas.
Chiriboga solicitó públicamente mejorar los sistemas de seguridad ciudadana para tratar de disminuir la incidencia de la violencia y los asesinatos de mujeres.
En este contexto, la Fiscalía atiende las denuncias de las víctimas con profesionales en sociología y psicología, preparados para crear un clima de confianza y otorgar ayuda a las usuarias.
Sin embargo, hay mujeres que no se animan a denunciar las agresiones por miedo. “Factores como la falta de autonomía económica y personal obliga a las mujeres a aguantar cualquier tipo de abuso”, analizó Mary Guijarro, socióloga, quien además ve en los medios de comunicación, la música, películas e internet la “industrialización de la violencia”.