Los choferes piden a las autoridades que les permitan trabajar
Transportistas comunitarios buscan una salida legal
Durante esta semana, la comunidad de Cumbijín, situada a 30 minutos de Salcedo, fue el escenario para la repartición de identificaciones a 278 transportistas comunitarios. Ellos, pese a no tener el aval de la Agencia Nacional de Tránsito (ANT), continúan laborando.
En total, 10 carpetas fueron entregadas a comunidades del sector oriental y para una población de Tungurahua, Panzaleo y Yanayacu.
El principal reclamo de los conductores fue la ausencia de las autoridades locales, provinciales de tránsito y policiales quienes fueron invitadas al evento cumplido el martes. Solo Gilberto Guamangate, asambleísta por Cotopaxi, asistió a la convocatoria.
El legislador se comprometió a apoyar a los dirigentes a través de una audiencia en la Asamblea y a presentar el proyecto de transporte comunitario.
Durante el acto, Jorge Tercero, quien trabaja dando el servicio, realizó una reseña histórica en la que recordó las necesidades y la pobreza de la gente de las comunidades orientales de Salcedo. Añadió que el 18 de junio de 2010 conformaron el gremio y desde entonces luchan por la legalidad.
Con malestar comentó que la Policía Nacional aún los “persigue”, de ahí que Alfonso Quisphe, expresidente de la Federación de Comunidades Indígenas de Salcedo (Fecos) y actual presidente de Chambapongo, anunció que no dejarán que sus compañeros sean interrumpidos en sus labores. “Si alguien de la comunidad es detenido por los uniformados nos levantamos todos”, enfatizó.
Esta postura recibió el apoyo de los habitantes y los dueños de camionetas. Santiago Naula, presidente de la Federación de Organizaciones de las Comunidades Occidentales del cantón Salcedo (Fecos), defendió el transporte comunitario como una forma de vida.
Dijo que permanecerán vigilantes con los procesos que los involucren y seguirán presionando a las autoridades para hallar una salida legal. Rechazaron que las cooperativas de buses Molleambato y Tras Mull sirvan a las comunas.
Marcia Tigse, del pueblo Compañía Alta, dijo preferir las camionetas pues le permiten viajar con las verduras y animales de crianza que suele vender en la plaza de Anchiliví. “Es verdad que los buses son más cómodos, pero no nos permiten que suban los animales y de esa manera es difícil”, señaló.