Su pasión es la familia y el trabajo la mantiene activa. Ella es Mercedes Santana y tiene 54 años, pero desde hace 30 se desplaza en una silla de ruedas a consecuencia de un accidente de tránsito.

Según la Organización de los Estados Americanos (OEA), el 12% de la población del país tiene algún tipo de discapacidad. Mercedes, a pesar de formar parte de esa estadística, no se siente limitada para realizar varios proyectos.

“Creo que las personas que tenemos alguna discapacidad hemos desarrollado otras habilidades, como la observación, la percepción, abstracción, concentración y la memoria. Además, tenemos otra perspectiva de la vida, ya que el diario vivir, en mi caso en una silla de ruedas, nos hace ser más humanos y somos más comprensivos con la gente que sufre alguna discapacidad”

Su hija Valeria, destaca que Mercedes le ha dado las pautas necesarias para desenvolverse en la vida, sobre todo en la danza. “Mi madre es un ejemplo de amor, cariño y comprensión. Siempre ha cuidado de mí y de mi hermano, nos ha inculcado el respeto y la consideración hacia todas las personas”.
Mercedes destaca que su esposo -a más de su madre- ha sido un pilar fundamental para salir adelante, por su comprensión y ayuda.

En cuanto a lo laboral, Mercedes se ha destacado por la ayuda que brinda a personas con discapacidad. “Michita es una persona muy activa. Cuida mucho de sus hijos, siempre esta pendiente de ellos y aunque se desempeña muy bien en el trabajo, no descuida a su familia”, mencionó Lucia Naranjo, su compañera de trabajo en el Conadis.

En el ámbito profesional, Mercedes se desempeña como sicóloga clínica y ha colaborado en organizaciones como la fundación Jóvenes para el Futuro y la Asociación de personas con limitaciones pléjicas de Tungurahua, de la cual es fundadora. En ésta ultima, ha dado un apoyo grande en temas de investigación, capacitación y talleres. Ha viajado a Italia y Austria. En América Latina ha visitado Colombia para capacitarse en temas de discapacidad. Esta experiencia le permitió ser una de las personas mejor preparadas sobre este tema en la provincia.

Mercedes dice que ha sido una bendición contar con el apoyo de su madre en todo lo que ha emprendido en la vida. “Yo la admiro mucho y la tengo como un referente de trabajo y emprendimiento. Ella tiene 77 años y me ha dado las pautas para salir adelante en la vida. Siempre ha estado a mi lado para apoyarme y aconsejarme, le agradezco infinitamente porque ella me enseño primero a ser una buena hija, requisito indispensable para en el futuro ser una buena madre. Para las madres, los hijos nunca crecemos”, comenta la mujer.

A más de ser pionera en la Asociación de Discapacitados en Ambato, también lo es en la práctica del deporte para personas con discapacidades en la provincia. Específicamente del básquet en silla de ruedas. Anotó que eso es fruto de muchos años de práctica y capacitación en Quito.