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Ecuador, 27 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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En 1922 se organizaron movilizaciones por sus derechos en Guayaquil

¿Terminó realmente la plutocracia con la Revolución Juliana de 1925?

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La señora Teresa Carrasco de Sevilla entregaba leche al batallón Marañón. Como no sabía cuántos uniformados eran, los cálculos no le cuadraban por el producto que ponía en las manos del ranchero del Ejército, para las tropas que se movilizaban por Ambato en enero de 1926.

Esta inexactitud seguramente le colmó la paciencia y se quejó al ministro de Guerra y Marina, Leonardo Palacios, que remitió oficio al Gobernador de Tungurahua  para que se le informara  del problema.

Este batallón había sido disuelto por el Gobierno, justamente luego de su insurrección en Ambato, como vamos a ver.

El documento que investigué dice: “Quito a 9 de marzo de 1926. Señor Gobernador de la Provincia de Tungurahua. Ambato.

Con su atento oficio No. 11, de 5 de los corrientes, se recibió en este Ministerio la solicitud presentada por Teresa Carrasco de Sevilla, para pedir el pago de una cantidad por cuenta de leche suministrada al extinguido batallón Marañón.

Solicitud que se ha enviado al comando del batallón Tungurahua, a fin de que el habilitado señor Gilberto Noboa, informe al respecto. Honor y Patria. Ministro de Guerra y Marina. Firma ilegible”.

Los hechos históricos

Recordemos que en 1925 se produjo la llamada Revolución Juliana. Se dice también que “se puso fin a la plutocracia bancaria que había gobernado desde 1830… Derrocado el presidente Córdova…”.

A esta primera Junta le siguió una segunda que estuvo integrada por Isidro Ayora, Homero Viteri Lafronte, Julio E. Moreno, Alberto Hidalgo Narváez, José Antonio Gómez Gault, Humberto Albornoz y Pedro Pablo Égüez Baquerizo.

Esta segunda Junta decretó la amnistía política, pero al poco tiempo tuvo que enfrentar la sublevación del batallón Marañón, acantonado en Ambato.

(Héctor Coral Patiño. Isidro Ayora, pág. 120) Su administración se extendió del 10 de enero al 31 de marzo de 1926, cuando se comprendió la imposibilidad del funcionamiento de este sistema de Gobierno Plural y la Junta le entregó la totalidad del mando a Isidro Ayora, como Presidente provisional.

¿Por qué este batallón se sublevó en Ambato? Y en cuanto a las amnistías hay que puntualizar que son los perdones y olvidos con que los triunfalistas quedan de a buenas con sus antecesores.  

Otra pregunta de fondo es ¿convendrá seguir repitiendo la mentida creencia acuñada por la historiografía de que se había terminado la plutocracia en el poder?

Ubicados en el contexto político, veamos un nuevo oficio esclarecedor para nuestra historia seccional.

Un oficio del Ministerio de Guerra y Marina a la Gobernación de Tungurahua dice:

“Quito a 23 de febrero de 1926… Por cuanto el Ministerio de Hacienda ha expedido el acuerdo 2.682, con fecha 31 de diciembre del año próximo pasado, ordenando el pago por Tesorería Fiscal de su dependencia, de la cantidad de 319 sucres y 15 centavos en favor del habilitado del extinguido batallón Marañón, por gastos de movilización de la citada unidad, desde la ciudad de Guayaquil  a esa plaza.

Con el presente oficio, remito a usted por triplicado el vale y planillas correspondientes.

Esto con el objeto de que se haga efectivo dicho valor y se remita a este Ministerio, junto  con un ejemplar del referido vale.

Esta cantidad que se hace necesario para liquidar las cuentas pendientes que tiene el mencionado batallón. Honor y Patria. Ministro de Guerra y Marina.  Firma  ilegible”.

Es el caso entonces que el batallón Marañón, efectivamente estuvo por Ambato en diciembre y enero y el 23 de febrero quedó la noticia de que fue extinguido.

Se ordena el pago

Volviendo al caso de la historia de la leche, tenemos un nuevo oficio despachado desde el Ministerio de Guerra y Marina, del 2 de junio de 1926. Ahí se explica que el pago es por 204 sucres por el “importe de 1.370 litros de leche vendidos al Oficial ranchero del extinto batallón Marañón.

Ordénase que el señor Gilberto Cobos, actual habilitado del Batallón No. 4 Tungurahua, proceda a la cancelación del crédito… firma esta comunicación el ministro Leonardo Palacios”. Con fecha 28 de junio de 1926, dirigido al gobernador.

Ahí se explica que el 25 de junio, la señora de Sevilla “referente al reclamo que hiciera al habilitado del Batallón No. 4 Tungurahua (que se supone se formó luego de la desintegración de los sublevados).

Respecto al pago de la cantidad de 204 sucres, por concepto del valor de leche suministrada por dicha señora para el rancho del extinguido batallón Marañón, del cual también era habilitado el mismo señor Gilberto Noboa.

En vista de la anterior resolución dictada por este Ministerio de Guerra, acerca de que cancele ese valor, el expresado habilitado Noboa, se faculta a esta Gobernación, para que ordene que el señor Tesorero Fiscal  retenga la tercera parte de los haberes que percibe mensualmente dicho habilitado, hasta completar la cantidad antes indicada y que debe ser cancelada a la peticionaria antes mencionada.

Honor y Patria. Ministro de Guerra y Marina, firma Leonardo Palacios”.

Esta historia no concluye aquí. Tiene un final trágico que se encuentra en la lectura de oficios subsiguientes, los mismos que constituyen documentos  históricos del Fondo Gobernación de Tungurahua que tiene en su poder el Archivo Provincial.

EL MINISTERIO DE GUERRA OFRECE SALDAR LA DEUDA

Desde Quito, 13 de julio de 1926, del Ministerio de Guerra y Marina se autoriza a la Gobernación de la provincia para que pague “165 sucres por alquiler de automóviles ocupados en el traslado de la tropa del batallón de Ambato a Santa Rosa, para develar el levantamiento de los indios comuneros”. Firma el ministro Leonardo Palacios.

En la historia de la leche impaga hay un oficio despachado desde Quito el 4 de octubre de 1926, firmado por el referido ministro Leonardo Palacios.

Dice el documento: “En la solicitud elevada por la señora Teresa Carrasco de Sevilla ha recaído la siguiente providencia: “Toda vez que el señor ex habilitado, Gilberto Noboa, ha fugado desfalcando a la unidad en una considerable suma de dinero; el Ministerio tomará en cuenta para la liquidación respectiva”. El ministro, Leonardo Palacios.

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