Hasta hace 8 meses, el agua que consumían los 20.827 habitantes del sector urbano del cantón Saquisilí, localizado a 15 minutos de Latacunga, era entubada. Esto causaba malestar en la población.

Delia Oñate, oriunda de esta ciudad, recuerda que el líquido era turbio, amargo y provocaba parásitos en los niños. “Mi niña de 8 años, resultó con anemia por los ascaris que le detectaron debido a lo que bebía”.

Además, el Centro de Salud de Saquisilí remitía a las autoridades del GAD Municipal cifras preocupantes de enfermedades gastrointestinales, refiere el vicealcalde Adrián Mena.

Por eso, los habitantes se cuidaban de no ingerir el líquido directamente del grifo. Algunos, acostumbraban guardar el agua de lluvia en invierno para consumirla, ya que consideraban que esta era de mejor calidad que la de sus hogares.

Estos cuidados fueron acertados, pues la anterior planta de tratamiento era obsoleta, y el fluido no recibía el tratamiento adecuado. “Se le echaba cloro de vez en cuando y de forma manual”, explica Esmeralda Sánchez, laboratorista y operadora de la actual planta remozada.

El encargado de los equipos anteriores, según la funcionaria, no era un técnico capacitado, por eso en ocasiones olvidaba “clorar” en las horas exactas y “a veces lo hacía en cantidades no adecuadas”.

El Municipio analiza incrementar el valor del metro cúbico de
3 a 17 centavos para costear las mejoras

El agua que consumen ahora los saquisilenses, afirma, ya es potable porque se la trata con policloruro de aluminio para formar flóculos o capturadores de partículas contaminantes, que luego son sedimentados para de ahí proceder a la aplicación del cloro con supervisión técnica en el laboratorio.

Este procedimiento se realiza en las dos plantas de tratamiento en las que se invirtieron 300 mil dólares. Ambas están ubicadas en el barrio San Juan de Bellavista y tienen 6 metros de alto por 15 de ancho, cada una. Allí se producen 57 litros por segundo y tienen una vida útil de 25 años. En la actualidad, el valor del metro cúbico de agua en el cantón es de 3 centavos y de acuerdo con las mejoras, las autoridades analizan una revisión para cubrir los costos.

La concejala Martha Sandoval explica que la ordenanza sustitutiva para regular el servicio de agua potable y alcantarillado fue aprobada en 1999 y modificada en julio de 2010. “Ahora se analiza la elevación de las tarifas de agua. Se estima que se establecería un precio de 17 centavos por el metro cúbico”.

Para mitigar el impacto, se planifica trabajar en un cronograma de ajuste paulatino.

Sandoval manifiesta que dentro de los cambios también se exigirá a los propietarios de las casas que coloquen el medidor en el exterior para facilitar la lectura del consumo. “Aunque son medidas duras, hay que socializarlas, pues el buen servicio cuesta”, opina Mena.

Sobre el tema, el vecino Julio Taco está de acuerdo. “Pero se debe informar muy bien las razones y explicar los cambios”.