El barrio Palama, ubicado en el sector oriental del cantón Salcedo, fue el escenario elegido como  punto de partida para los competidores de las cuatro categorías de la carrera de coches. 

Un total de 51 participantes de los diferentes cantones de la provincia incluso de Tungurahua y Pichincha intervino. 

La entrada del colegio 19 de Septiembre fue la meta en la competencia que tiene 8 kilómetros de distancia.  “Fue un camino difícil lleno de curvas, pero con mucho esfuerzo y empeño se logró llegar sin novedades”, dijo Jaime Jácome, un pujilense que arribó entre los primeros cinco puestos en la categoría fuerza libre.

El piloto tiene 35 años y durante 15 ha participado en diferentes concursos de coches, de ahí que la consideran una pasión, principalmente por la adrenalina y la emoción que conlleva participar.
El aficionado invirtió aproximadamente 2.000 dólares en la construcción de su carro, cuya infraestructura es metálica,  con llantas de auto en la parte posterior y en la delantera por neumáticos de motoneta, y con dirección mecánica. El vehículo llega a alcanzar los 120 kilómetros por hora en descenso. Su construcción demoró  aproximadamente seis meses.

El participante Diego López, de 29 años, comentó que a nivel de organización faltó la coordinación en materia de señalización, ya que  hubo accidentes leves.
“Faltó un poco advertir acerca de los sitios peligrosos como baches y   la estrechez en algunas zonas.

En seguridad, también hubo inconvenientes porque no había puestos de auxilio. Hay que entender que este es un deporte riesgoso”, aseguró.

Por su parte, Horacio Bautista, organizador del evento y presidente de la cooperativa de ahorro y crédito Fray Juan Manuel Salcedo, relató que desde hace varios años  la entidad  que representa colabora con la organización, pues es tradición en Salcedo la carrera de Coches. “Ahora no todos son de madera, pero lo lindo es ver cómo van surgiendo nuevas generaciones a las que les mueve participar en esta clase de eventos sanos que distraen a la colectividad”, expresó.

Cerca de las 11:00 inició  el descenso de los carros. “Los que competimos en estos de madera corremos más peligro porque estamos menos protegidos, pero es la tradición la que nos inspira a concursar”, reveló Juan Tigse.