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Proyecto social de alcohólicos anónimos de pujilí
Radio abre espacio a quienes buscan salir del alcohol
Antes de empezar su relato, Adel Ch., se encoje de hombros frente al micrófono. Pareciera que en su memoria los recuerdos de un pasado en el que el alcohol predominaba en su vida bloquean sis palabras. Poco a poco su voz emerge de su garganta.
Según él, empezó a beber a los 10 años, en su natal Colombia. Hoy tiene 22 años y fue trasladado al grupo Alcohólicos Anónimos de Pujilí, en donde ha luchado por más de un año para mantenerse sobrio, aunque sabe que esta enfermedad no tiene cura.
Aun así está concsiente de que no es fácil, pero lo intenta, como dicen ellos, “un día a la vez”.
Adel quería ahogar en las copas de licor una sensación de soledad que le causó su familia. En su grupo no encontraba el afecto que necesitaba con urgencia.
Pero tras sufrir en carne propia la dependencia por una sustancia para sobrevivir, se dio cuenta de que había equivocado su camino.
Ahora cuenta sus vivencias con la esperanza de que no se repitan en otras personas.
Lo hace los martes, de 09:30 a 10:00, en el programa radial ‘La transmisión de el mensaje’, cuyo espacio es otorgado en radio Latacunga AM como un servicio para la comunidad.
Este espacio está al aire desde hace 6 meses y Adel participa activamente, conoce gente que lo escucha con avidez y eso lo llena de energías para continuar.
Sabe que sus experiencias son escuchadas no con morbo, sino con admiración, pues tiene claro que el alcoholismo es un reto. Silvia V., de 22 años, sigue las palabras de Adel con mucho interés.
Ella a los 13 años, en su natal Pujilí, comenzó un peligroso idilio con el alcohol. Lo hacía como la mayoría de jóvenes por vincularse con grupos sociales, pero primordialmente para llamar la atención de sus padres al sentirse olvidada por ellos.
Pese al duro pasado, Silvia no permite que se quiebre su voz. Es constante con su relato. Recuerda que llegó a ausentarse de su casa hasta por más de un año arrastrada incluso por el consumo de drogas.
Fue abusada sexualmente por un grupo de consumidores. Sin embargo, eso no frenó su estilo de vida.
“El licor era mi dios, hay un punto en el que llegas a perder la dignidad básica de todo ser humano y solo por tomar o drogarte”, asegura Silvia.
Este cúmulo de malos recuerdos le merma un poco el ánimo, pero, como si los sacudiera de su cabeza, se incorpora y una delicada sonrisa se dibuja en su rostro todavía juvenil. Ahora está recuperada, se siente bendecida con un hijo, estudia Comunicación Social y planea seguir feliz lejos de sus “viejos moldes”.
Es decir, antiguas amistades con las que consumía licor y drogas. En la actualidad gracias al apoyo del grupo AA tiene la fuerza suficiente para decirle no a la presión social para beber. “Dios se manifestó en mi vida antes de que terminara prostituyéndome por una botella”, comenta ella.
Otros testimonios
Y como otra muestra viva de que es posible dejar el licor está Patricio M., de 50 años.
Su adicción comenzó en la juventud, pero desde los 35 años no ha tomado una sola gota. Su historia no es diferente a la de los otros. Su esposa lo abandonó y se perdió gran parte del crecimiento de sus hijos.
Ahora es guía de los 22 jóvenes del grupo AA del cantón Pujilí. El proceso con algunos es más difícil que con otros, pero está decidido a no abandonar este proyecto radial que se ha convertido en parte fundamental de su existencia.
Alienta a todos los chicos para que participen en ‘La transmisión de el mensaje’, ya que en algún lugar de la provincia donde se escuchan estos testimonios, alguna persona reflexionará y buscará ayuda.
El alcohol y sus problemas
El alcohol es la droga más consumida en el país y la que más problemas causa, según los expertos.
Es un depresor del sistema nervioso central, que pertenece al grupo de sedantes junto con los barbitúricos y las benzodiacepinas.
La ruta metabólica que sigue no es normal dentro del proceso digestivo. Pasa por el estómago al duodeno, donde se absorbe; posteriormente al torrente sanguíneo, lo que produce irritación y estimula la secreción de jugos gástricos así como procesos inflamatorios de esófago y estómago, gastritis y úlceras. (I)
Datos
¿Cómo prevenir el consumo de alcohol? Hable con sus hijos acerca del alcohol, el tabaco y las drogas. Aprenda a escuchar la opinión de los chicos para evaluarlos.
Ofrezca un buen ejemplo a sus hijos. Ayude a desarrollar en ellos valores firmes y adecuados para que puedan resistir la presión social que pudieran ejercer sus compañeros en el colegio.
Fomente actividades deportivas, recreativas y culturales. Esfuércese para establecer rutinas semanarias continuas que alejen a sus hijos de los riesgos del consumo y les brinden otras alternativas.
La guía espiritual también es importante, al igual que la aproximación emocional con sus hijos. Dígales continuamente que los ama y abrácelos. Estos vínculos físicos son importantes para ganar su amistad.