Pulinguí mejora parque central
Por un camino empedrado, recorriendo unos 20 km desde la ciudad de Riobamba y bajo la vista del Chimborazo, se llega a la comunidad de Pulinguí, ubicada a más de 2.900 metros sobre el nivel del mar.
En el centro del pueblo está su parque, un sitio que dejó hace tiempo de ser el lugar de encuentro para transformarse en un espacio por donde el ganado y las gallinas deambulaban. Allí no había flores, los basureros estaban totalmente destruidos y no existían bancas.
Fue esta imagen la que motivó a los estudiantes de la Unidad Educativa 11 de Noviembre, ubicada frente al espacio, a darle una nueva cara para mejorar el ambiente y la fachada de la comunidad.
Con azadones, picos, serruchos, palas, rastrillos y escobas, los estudiantes, padres de familia y docentes del colegio llegaron desde las 07:30 del martes 21 de mayo al parque Central. Primero se ocuparon de remover la tierra y de colocar los pingos. Luego procedieron a sembrar geranios, rosas, aretes, cipreses y otras especies que fueron entregadas por el Proyecto de gestión concertada de la subcuenca del río Chambo, que ejecutan el Consorcio de la Central Ecuatoriana de Servicios Agrícolas (CESA) y Agrónomos y Veterinarios sin Fronteras (AVSF).
“Ver un parque muy destruido, dando una pésima imagen de la comunidad fue lo que nos motivó a plantear un proyecto en común con los estudiantes, padres de familia y comuneros para darle vida a este sitio. Y es por eso que 120 alumnos del bachillerato están ahora apoyando este trabajo y su compromiso es cuidarlo”, sostuvo Nelson Cuvi, rector del colegio.
Los estudiantes y la comunidad serán los encargados del cuidado permanente del lugarPreviamente, tanto alumnos como padres de familia y docentes recibieron tres charlas de dos horas sobre temas ambientales. “En los talleres hablamos de los recursos naturales, el cuidado del agua y otros temas para que la gente vaya tomando conciencia de la importancia de cuidar su entorno y sobre todo el agua”, dijo Diego Chushquicullma, técnico de CESA.
En cada espacio de tierra que era antes el sitio para el ganado iban colocándose poco a poco flores, abono y se formaban figuras de estrellas, círculos y corazones. “Pongamos piedritas para que se vea, si no, no van a distinguir”; “mejor aquí pongamos aretes, van a quedar bien”; “no, con esas moraditas mejor”, eran las opiniones de los estudiantes mientras diseñaban su jardín y seleccionaban las flores.
“Hace tiempo aquí había lupina que unos visitantes extranjeros nos dieron; pero se murió y desde ahí el parque estaba descuidado. Ahora que todos estamos arreglando, tenemos el compromiso de cuidarlo, porque es esfuerzo de todos y lo bonito es que estamos dando una enseñanza de que se puede hacer bien con un trabajo en conjunto”, manifestó María Celestina Pacheco, presidenta del Comité de Padres de Familia del establecimiento.
Durante toda la mañana, el parque se fue transformando y para asegurarse de que los animales no ingresen a destruir el trabajo del día, se procedió a cercar cada uno de los espacios. La cerca se mantendrá mientras las plantas no estén fuertes y corran peligro. La donación del alambre de púas y la madera la hizo la comunidad.
Luego vino el trabajo de limpieza de las caminerías. Escobas y palas se utilizaron para el efecto. “Sacude las botas, no ves que dejas lodo; ya limpiamos aquí”, reclamó Joselyn a uno de sus compañeros, quien con descuido dejaba rastros de sus pasos en el camino que apenas hace unos minutos habían limpiado.
El trabajo se completó con la colocación de seis nuevos basureros y seis bancas que fueron ubicadas en los contornos del parque.