La plazoleta céntrica Alfaro se llenó de emprendedores que participaron en la Feria de Productos Orgánicos en Riobamba.

Alrededor de 30 stands se instalaron a un costado de la avenida Daniel León Borja y Carabobo. Allí, los representantes de diversas asociaciones de Guamote, Guano, Colta, Riobamba, Alausí y Chunchi ofrecieron sus productos directamente sin intermediarios.

Según registros del área técnica del Gobierno Autónomo Descentralizado de Chimborazo, en esta provincia hay cerca de 40 emprendimientos, cada uno acoge a más de 20 familias.

Ana Pilamunga, técnica de proyectos, dijo que el apoyo, la asesoría y entrega de semillas certificadas ayudaron a mejorar los productos.

“Nos mantenemos a su lado hasta que el producto esté listo para comercializarse, cuando los comuneros se dan cuenta de los beneficios son los primeros en empujar el proyecto”, aseguró Pilamunga.

Uno de los emprendimientos que logró extenderse a los mercados de Riobamba es el de la Asociación San Martín, ubicado en la parroquia Columbe del cantón Colta.

Allá más de 40 familias fabrican tortillas, harina, empanadas, helados y galletas de quinua. Se venden en empaques que luego se distribuyen en esta provincia y la región. Cuentan con registro sanitario.

Piedad Guamán es una de las beneficiadas. En su opinión, antes solo vendían la quinua en grano, pero con la ayuda de los técnicos pudieron procesarla y crear nuevas opciones para los clientes de las comunidades y la provincia.

“Nuestra economía ha mejorado mucho. Trabajamos en la tierra que nos vio nacer, junto a la familia. De esta manera ofrecemos productos con calidad al consumidor y muy saludables”, mencionó Guamán.

En la feria también se presentaron emprendimientos relacionados con la fabricación de bebidas de frutas, mediante el uso de ingredientes tomados directamente de la pulpa y fermentados al natural.

Los criaderos de trucha y tilapia agrupan a más de 50 familias en la parroquia Jubal, en la jurisdicción del cantón Alausí.

En ese lugar, los miembros de la asociación de comuneros ya mantienen una factoría de empacado al vacío con el propósito de que el pescado llegue al cliente fresco y con las medidas sanitarias adecuadas y de seguridad.