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Prendas íntimas rojas y limpieza del cuerpo para recibir el 2014

Prendas íntimas rojas y limpieza del cuerpo para recibir el 2014
30 de diciembre de 2013 - 00:00

Los rituales y cábalas de Fin de Año son prácticas populares que todavía se efectúan en la región, para recibir el nuevo año con buena suerte, dinero, viajes, salud y amor.

En Ambato se acostumbra a vestir prendas íntimas de color amarillo y rojo. También comer 12 uvas a la medianoche del 31 de diciembre y realizarse una limpieza del aura, con un especialista en esoterismo.

Las cábalas son creencias positivas de algunas personas para ayudarse a enfrentar con éxito los problemas cotidianos.

¿Qué tan efectivas son? Nadie puede decirlo. Lo cierto es que en los almacenes y tiendas de ropa de esta ciudad, desde el 15 de diciembre hay más compradores de ropa interior.

En la distribuidora Elenita, ubicada en las céntricas calles Sucre y Espejo, las prendas rojas y amarillas encabezan las ventas.

“Tangas amarillas para mujer y el bóxer rojo para varones son los pedidos más frecuentes estos días. Esta semana vendimos más de un centenar de estos artículos personales y el 70% fue lencería. El precio va de 3 a 8 dólares, dependiendo de la talla” señaló Diana Supe, dependiente.

Cerca de allí, en la tienda de Ruperto Cuesta ocurre algo similar. “En un mes normal se venden 80 prendas de esos colores, pero este mes se duplican los pedidos. Las mujeres son las más interesadas y supersticiosas, pues gastan más en lencería”, comentó.

Explicó además que las tangas, ‘hilos’ y ‘cacheteros’ de color rojo son los artículos más usados para estos fines. En el caso de los hombres, los bóxers de ese tono son los favoritos.

Esta tradición proviene de países asiáticos como China, Taiwán, Corea y Vietnam, donde se cree que las prendas interiores de esa tonalidad, contribuyen a la atracción de las buenas energías o la buena suerte como se conoce en Occidente.

La gente también concurre a las iglesias católicas para rezar a sus santos y vírgenes que motivan su fe.

Gladis Borja, presidenta de la Corporación de Sanadores de Tungurahua, explicó el valor esotérico de estos dos colores. “El rojo representa al fuego y la sangre. En la actualidad, se suele identificar a este color con el amor, la pasión y la determinación. Por otra parte, el amarillo simboliza la luz del Sol, y por ende se relaciona con la prosperidad y con aspectos de la vida de la persona tales como felicidad, inteligencia, energía, dinero, salud, etc”, aseguró.

Borja es propietaria de un consultorio de sanación desde hace 15 años. Allí, como en otros lugares, la gente mantiene la costumbre de realizarse una limpieza espiritual, práctica ancestral propia de la cultura indígena, que se matiene como cábala en la capital tungurahuense, con el fin de recibir el Año Nuevo.

Es por eso que el 31 de diciembre este local abrirá a las 06:30 ininterrumpidamente hasta las 20:00 o más, si hay más clientes.

Otras personas buscan espacios naturales para realizar los baños de purificación de ‘solsticio de invierno’, a partir del 20 de diciembre.

Mauricio Naranjo, ambateño de 35 años, cree en la buena suerte y la fortuna obtenidas mediante esta práctica. “No es la primera vez que lo hago. Antes lo hacía tres o cuatro veces al año. Mientras me desvisto hago una oración y meditación interna de las cosas malas que quiero que salgan de mi cuerpo.

Luego, me realizo una autolimpia con ortiga, matico, marco, romero, menta y ruda. Una vez que siento el calor de los compuestos de las yerbas y las buenas energías ingreso a la cascada para que las malas vibras y pensamientos negativos se vayan, y yo pueda comenzar el año con más fuerza, vitalidad, fortuna y suerte”, aseguró.

En el caso de las limpias a cargo shamanes, curadores y yachacs (hombres sabios), la sesión suele costar entre 20 y 30 dólares, precio que incluye la utilización de yerbas, piedras, lociones, huevos, baño con champán, flores, esencias, entre otros productos.

Un lugar ideal para esto es la sección ‘yerbas’ del mercado Modelo. Está ubicada en el tercer piso. El puesto número 25, de doña Mariana Guangasi, es uno de los más visitados. Según ella, utiliza montes amargos, para espantar a los malos espíritus. “El 31 de diciembre trabajamos desde muy temprano y atendemos a unas 100 personas. Llegan con dolencias, preocupaciones y dudas sobre el Año Nuevo. Después de la limpia, el niño, mujer o adulto mayor dicen sentirse mejor espiritual y físicamente”, aseguró.

En el mismo contexto, la costumbre de comer uvas el último día del año proviene de Europa.

La parroquia Huachi Belén de Ambato es una de las zonas más visitadas para adquirir esta fruta. “Desde el 26 de diciembre, la venta de uvas se incrementa, ya que durante los primeros meses del año se puede vender en un puesto una aproximado de 17 libras por día, en los meses de temporada (enero, junio, julio y diciembre) pueden expenderse hasta 200 libras al día” dijo la comerciante Inés Tapia.

Señaló además que el precio por libra es de un dólar, conteniendo casi 45 unidades en cada una. La gente alterna estos rituales con la concurrencia a las iglesias para rezar y colocar flores a los pies de las imágenes de sus santos y vírgenes preferidos. Acuden a la Catedral, San Francisco, Santo Domigo y otras.

Mauricio Naranjo acostumbra a darse un baño de purificación en la cascada de Quillán.

Las limpias con flores en el mercado Modelo son parte de las costumbres de Fin de Año.

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