Padres en Pulahuín se capacitan para resolver conflictos familiares
Una gélida y violenta ráfaga de viento forma en cuestión de segundos un remolino con decenas de hojas secas. Mujeres ataviadas con gruesos ponchos y multicolores vestidos cubren a sus pequeños hijos de la ventisca, mientras cruzan la plazoleta de su vecindario.
Se trata de la parroquia rural de Ambato, Pilahuín, ubicada a 15 minutos del casco urbano, donde se desarrolla un importante taller dirigido a padres de familia.
Con diligencia cargan a sus vástagos y se aprestan a ingresar al salón del Gobierno Parroquial, con apenas tiempo para persignarse frente al emblemático templo del lugar. Al interior las esperan sus esposos, con papel en mano, junto a profesionales especializados en organización familiar.
La escena descrita se vivió el último martes en una de las primeras jornadas del segundo módulo del programa Escuela de Familias, a cargo del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES).
Cerca de 100 personas, pertenecientes a la etnia pilahuín, asistieron a esta capacitación; ellos llegaron desde los sectores Chibuleo, Santa Rosa y Juan B. Vela.
“La iniciativa busca fortalecer los hogares de beneficiarios de programas a cargo de la entidad, entre ellos los Centros Infantiles del Buen Vivir (CIBV) y Bono de Desarrollo Humano. Personal experto en protección y cuidado familiar enseña estrategias y claves para una convivencia pacífica y sana”, comentó Fabricio Velasteguí, director del MIES distrito Ambato.
El funcionario, además, explicó que durante las capacitaciones se pone énfasis en la prevención de vulneración de derechos infantiles y detección de factores de riesgo.
“A inicios de año se conoció sobre casos de acoso y abuso sexual a niños a nivel nacional, por lo cual realizamos un trabajo de concienciación con padres y Consejos de Protección de Derechos y ministerios de Salud y Educación”, agregó Velasteguí.
Entre los asistentes al taller del martes estuvo Diocelina Chicaiza, cuyo hijo presenta desórdenes de comportamiento y depresión.
“Isaías, mi primogénito, presenció muchas peleas entre mi marido y yo, debido a un grave caso de alcoholismo. En un CIBV de la localidad le están ayudando a sobrellevar el abandono de su padre y un déficit de atención que desarrolló producto de maltrato por parte de un tío”, comentó la mujer.
Cuatro módulos
En meses pasados se realizó el primer módulo de Escuela de Familias, bajo la temática “Una familia sin violencia es posible”, del cual se obtuvieron excelentes resultados.
“La acogida por parte de los padres, cuidadores y demás representantes legales de beneficiarios del MIES fue muy buena. Con ellos identificamos varios problemas, como la prevalencia del machismo en zonas rurales, ante lo cual los técnicos insisten en la importancia de la equidad en las tareas del hogar”, aseveró Lorena Noriega, analista de Participación y Comunicación del MIES distrito Ambato.
De acuerdo a Noriega, durante este año se desarrollarán cuatro módulos del programa Escuelas de Familia, en cuya segunda fase se imparte la temática Cuidado y Protección de las familias.
“Alcoholismo, imposición violenta del patriarcado y abandono masculino del hogar son algunos de nuestros problemas. De forma reservada, cada madre explica su situación a los expertos a fin de buscar soluciones; gracias a sus consejos y estrategias impartidas muchas familias han renacido”, dijo Manuela Toalombo, madre de una familia numerosa en Pilahuín.
Alimentación adecuada, aseo personal, autoprotección de los miembros del núcleo familiar, limpieza del hogar y otros temas, son asuntos complementarios que también tratarán los capacitadores durante los talleres de este programa de alcance nacional. (I)
En zonas rurales, la mujer alterna las tareas de campo con la crianza de los hijos. Esta desigualdad dentro del hogar crea conflictos maritales.