Otavalo tiene un espacio en el centro de Latacunga
La ciudad de Otavalo es una mezcla de historia, costumbres, cultura y folclore. Y sus habitantes se caracterizan por su capacidad de emprendimiento y trabajo.
Por ello, muchos nativos de esa ciudad se han desplazado a diferentes partes del país y del mundo para ofrecer sus artesanías, las que tienen un alto grado de aceptación. Y Latacunga no es la excepción, pues en la Plazoleta de Santo Domingo, en el centro de la capital cotopaxense, hay siete locales de ropa y artesanías propiedad de indígenas de esa nacionalidad.
Dichos lugares, frecuentados por latacungueños y visitantes, parecen haberle dado a esa zona un toque turístico. La ropa y accesorios que se comercializan allí, marcan el “es - tilo”, según los adolescentes.
Luis Humberto Morales vive desde hace cinco años en Latacunga y tiene un local en la Plazoleta. El comerciante comentó que en base de su experiencia y la de su esposa, considera que los latacungueños los han tratado bien y que no son racistas. Según Morales, los propietarios de los siete locales son familiares entre sí y coordinan los precios de los productos para no competir entre ellos.
También comentó que compran productos elaborados en Atuntaqui, cuya producción deviene de un aprendizaje ancestral en el tejido. En su local se pueden encontrar blusas, camisetas, pantalones, buzos, bufandas, gorros, boinas, alpargatas, manillas, llaveros, discos compactos de música andina, hamacas, cobijas, guantes y una extensa variedad de productos que son identificados en todo el Ecuador.
Morales explicó que los otavaleños han creado empresas y subsisten del comercio textil en la ciudad. Y dijo que tiene familiares que han llegado hasta Europa y que en el mundo, Ecuador es conocido por Otavalo, ya que emprendedores indígenas han paseado su música autóctona, su vestimenta, costumbres y valores culturales.
Tania Donoso, adolescente de 16 años y admiradora de este tipo de productos, mencionó hace unos días que llegó en busca de una bufanda “de las que están a la moda”. Después de mirar y probarse más de cinco modelos con diferentes colores, se decidió por una bufanda de rayas negras, plomas y azules. “Esta ropa es linda; hay que preferir lo nuestro. Además, estas bufandas son de temporada y las usa todo el mundo”, manifestó. Tania estaba en compañía de su prima Dayanara Donoso, quien comentó que además de la moda, también está la comodidad. “A mí me gusta esta ropa, porque aparte de bonita es cómoda”, manifestó.
“Hasta acá han llegado personas que nos compran ropa o artesanías para mandarlas fuera del país a los ecuatorianos que añoran nuestra cultura, nuestra identidad”, dijo Morales .
Por su parte, Maritza Vega, dueña de otro de los siete locales de la Plazoleta de Santo Domingo, comentó que tras más de 10 años de vivir en Latacunga, “está acostumbrada”. Dio a conocer que atienden al público todos los días, y que los martes y sábados son los de más venta, pues llegan de 20 a 25 compradores. Además, los comerciantes visitan las ferias de Saquisilí, los jueves, y de Pujilí, los domingos, en las que ofrecen sus productos. “En Saquisilí, los extranjeros son los que más consumen lo que vendemos. Aquí, en la ciudad, los que más nos compran son los jóvenes”, acotó.
El ciudadano Humberto Herrera considera que la venta de productos otavaleños en la Plazoleta de Santo Domingo le da a la ciudad un aspecto turístico. “Creo que Ecuador es uno solo; nosotros ponemos la casa y ellos las artesanías. Son años los que están aquí y ya los sentimos como parte de nosotros”, afirmó. Herrera añadió que sería importante que se impulsara un proyecto para que las artesanías de Tigua, de la parroquia Zumbahua (cantón Pujilí) tengan un espacio similar al de los otavaleños, con el fin de que tambien sean conocidas.