En la ciudad de Ambato existen  16 museos;  11 de ellos se ubican en el centro de la urbe y cinco en barrios periféricos. Uno de los que mayor número de visitas registra en 2012 es el Museo de la Casa del Portal, con un promedio  de 60 mil personas al año, según indicó Nikolay Pangol, coordinador provincial ejecutivo de Desarrollo Humano y Cultura del Consejo Provincial.

Mientras que en Chimborazo, en el Museo de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE), el ingreso anual es de 1.200 personas en promedio. “El bajo número de asistencia puede ser porque este es uno de los pocos museos que tiene un costo de ingreso y, sobre todo, porque para que la gente asista se requieren incluir actividades lúdicas, recreativas y hacer museos vivos”, afirmó Lorena Rubio, funcionaria del núcleo chimboracense de la CCE.

El costo de ingreso es de dos dólares para extranjeros; un dólar, para ecuatoriano; 50 centavos, grupos vulnerables y tercera edad, y 25 centavos, niños y niñas.

Para Silvia Barahona, Curadora del Museo y Centro Cultural Riobamba, los museos “son aulas abiertas que permiten un sistema de aprendizaje completo, pues tanto niños, niñas, jóvenes y adultos pueden  ver en ellos, imaginar y conocer los hechos de primera mano”.

Para Paola de la Vega, profesional especializada en museos y que labora con Gescultura, los museos deben aplicar sus servicios. “No deben ser lugares que  relacionan a las personas con un objeto; deben ir más allá, deben transformar esos espacios y generar la creatividad”.

María Angela Botero, editora de la revista digital “Museos y educación”, señaló que se  debe aplicar la fórmula  creatividad más memoria igual a progreso social. “De hecho, los museos son los que resguardan la memoria y el patrimonio social”, afirmó. Pero para ello, según Botero, se debe aplicar la creatividad. “A los jóvenes se les debe hablar en su lenguaje, a través de la tecnología que manejan, para así cautivarlos con lo que ofrece el museo”, acotó.

En Chimborazo están reconocidos legalmente 10 museos. Sin embargo, ahora se busca conectarlos entre sí para que se conviertan en un circuito turístico. Esa  estrategia también se aplicará a los  centros de interpretación y museos comunitarios. Estos  lugares son cinco en Chimborazo, y recogen la historia de un pueblo en particular, mostrando cómo vivían sus ancestros y cómo se ha desarrollado su territorio.