La piedra Chilintosa, uno de los rezagos más visibles de la fuerza descomunal de los lahares derivados de la erupción del volcán Cotopaxi de 1877, es también parte de los atractivos más visitados en Mulaló.

Cada septiembre este lugar se convierte en un sitio de peregrinación y oración, en honor a la Virgen de La Merced, una efigie relacionada directamente con las erupciones del volcán.

Mulaló, precisamente, se encuentra ubicada en las faldas del coloso, a 19 kilómetros de Latacunga. Los accesos viales son asfaltados y obligatoriamente se debe pasar por las parroquias Aláquez y Joseguango Bajo.

Tan pronto se ingresa al lugar es posible observar los paisajes de la Serranía central en los que predominan los pastizales donde se ven manadas de vacas alimentándose. Además hay sembríos de brócoli y papas, las florícolas y las fábricas familiares de quesos y de yogur.

Llaman mucho la atención, especialmente en el tramo entre Mulaló Centro y el barrio San Ramón, los cultivos, bosques de pino y caminos de tierra en los que sobresalen enormes rocas.

La explicación es simple y, a la vez, sobrecogedora, la historia de San Francisco de Mulaló está ligada directamente con el Cotopaxi (5.897 m s.n.m.), considerado el volcán más activo de Ecuador y uno de los más peligrosos.

Dada su cercanía con el macizo, hay una expresión local que se volvió popular: “Cada mañana los mulaleños saludan primero al Cotopaxi y después al sol”.

Más sitios para visitar

Otros atractivos que se encuentran en su jurisdicción son el Parque Nacional Cotopaxi (33.393 hectáreas con bosques tupidos nativos, a 30 km de Latacunga).

Además, está el Área Nacional de Recreación que tiene una extensión de 400 hectáreas y cuenta con varias facilidades turísticas como zonas para acampar con espacios para realizar fogatas; una zona de juegos infantiles; 11 cabañas para hospedaje; un restaurante privado; 2 senderos autoguiados y un centro histórico. Todo esto a una hora de Quito.

También está la antigua hacienda San Agustín del Callo con el templo que, según reza la historia, fue construido por Túpac Yupanqui como sitio de adoración.

Esta propiedad tiene un doble carácter histórico: el pasado prehispánico (con edificaciones del siglo XVI) y la cotidianidad colonial.
De igual modo se destacan el Tambo Mulaló, las lagunas del Quilindaña y la piedra de Santa Bárbara, entre otros. (I)