Miles de espectadores disfrutaron el Desfile de la Confraternidad en Ambato
Ambato vivió su Fiesta de la Fruta y de las Flores con 18 coloridos carros alegóricos que transitaron por la avenida Cevallos durante el Desfile de la Confraternidad.
Este es el principal evento que celebra su sexagésima sexta edición y que congregó a miles de espectadores que aplaudían al son de las comparsas de instituciones educativas y grupos de danza local.
En la avenida Cevallos se congregaron miles de turistas nacionales y extranjeros para ser testigos del paso de los 18 carros alegóricos engalanados para la ocasión. Estos fueron el atractivo del Desfile de la Confraternidad.
Miles de rosas, margaritas, claveles, cartuchos, crisantemos, así como frutas andinas, granos y semillas que se usaron para decorar las carrozas en las que desfilaron la soberana de los ambateños, Judith Custode, y las reinas de los cantones vecinos.
El recorrido inició a las 09:00 a la altura del Centro Comercial Popular Ferroviario, en la avenida Cevallos. Allí las delegaciones de los centros educativos Pedro Fermín Cevallos, Andino, Eloy Alfaro, Rumiñahui, La Inmaculada, Indoamérica, La Salle, entre otros, encendieron el ambiente festivo con divertidas danzas.
“Tras meses de preparación y arduo trabajo, la destreza, esfuerzo e imaginación de los diseñadores, danzantes y personal del Comité Permanente de Fiesta (CPF), se ponen de manifiesto en el Desfile de la Confraternidad. El objetivo de este acto es celebrar la alegría de la vida con el colorido de las flores, frutas y la sonrisa de los jóvenes ambateños”, destacó Lisette Naranjo, directora ejecutiva del CPF.
“Los chicos esperan con ansias la fecha en que se escoge el personal que integra las comparsas. Esta tarea se realiza con 3 meses de antelación y mientras llega el desfile, los ensayos y más preparativos son arduos en cada institución, con el apoyo de padres de familia y autoridades de los planteles”, indicó Mauricio Naranjo, instructor de danza.
A las 09:35 las delegaciones de la Policía Nacional, Policía Municipal y otras entidades encargadas del orden y control, arribaron a la tribuna principal que cada año se ubica en el parque Cevallos. Allí presentaron los saludos protocolarios a Luis Amoroso, alcalde de Ambato; Fernando Naranjo, prefecto de Tungurahua, y demás autoridades.
“Es un orgullo observar cada año a los jóvenes entusiastas que con su talento dancístico encienden la fiesta entre los asistentes. Se ha hecho un gran esfuerzo para controlar la venta y el consumo de licor y espumante, a fin de vivir la FFF en paz y en orden. Se debe entender que en Ambato, en esta fecha, celebramos la tenacidad, perseverancia y emprendimiento del tungurahuense tras el terremoto de 1949; mas no el carnaval”, explicó Amoroso.
Los canes amaestrados de las instituciones policiales arrancaron aplausos y ovaciones entre los espectadores, entre los que hubo turistas de Colombia, Chile, Argentina Estados Unidos, España y países de la región.
Las carrozas Carrusel de Ilusiones, Jardín del Porvenir, Juntos Resurgimos, Abrazo Perpetuo, Antaños de Ensueño, Cuna de Sol, Liberando los Sentires, entre otras, transportaron a las hermosas reinas de cantones tungurahuenses.
Freddy Sánchez, diseñador de Liberando los Sentires, explicó que el ensamblaje de la estructura tomó cerca de dos meses.
“Cada septiembre el CPF convoca a un concurso abierto de diseño para los carros alegóricos y un mes después empieza el proceso de contratación de los proyectos y dibujos. Desde inicios de enero, 20 personas trabajamos 15 horas al día para entregar esta magnífica obra que fue engalanada con flores, frutos y semillas andinas”.
Sánchez señaló además que las estructuras son de metal, sobre la cual se pega esponja, foamix y cartón, materiales en los que a su vez se colocan los productos agrícolas. El valor de las carrozas va desde los $ 5 mil hasta los $ 7.500, dependiendo del diseño y los acabados.
En la esquina de la avenida Cevallos y Quito, cinco bloques más arriba de la tribuna, un grupo de ambateños residentes en Nueva York disfrutaron del desfile en una tarima propia. Con banderas de Ambato, Tungurahua y Ecuador, los migrantes entonaban la canción insigne de la ciudad: El Altivo Ambateño.
“Esta melodía es infaltable en el desfile mayor de la ciudad, al igual que el famoso Ambato, tierra de flores. Los chicos bailan al son de estas canciones y acrecientan el espíritu de la ambateñidad, de los que residen en la urbe y de quienes hemos salido a buscar mejores días en otras naciones”, resaltó Lorena Castillo, ambateña residente en Nueva York hace 25 años.
Tras dos horas y media de comparsas, el Desfile de la Confraternidad terminó con la participación de la carroza denominada Gesto de la caricia, de la diseñadora Diana Flores, con la que desfiló un grupo de jóvenes del colegio Pío X. (I)