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El Telégrafo
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Ambato trabaja para descontaminar el río del mismo nombre

MAE reconoce las prácticas ecológicas de 2 empresas

En las piscinas de descontaminación de Prodegel se aplican mecanismos micro orgánicos de limpieza hídrica.
En las piscinas de descontaminación de Prodegel se aplican mecanismos micro orgánicos de limpieza hídrica.
Foto: Roberto Chávez / El Telégrafo
01 de diciembre de 2016 - 00:00 - Redacción Regional Centro

Ambato / Riobamba.-

La aplicación de planes para la conservación y protección del medio ambiente, buen manejo de mecanismos productivos así como la responsabilidad en el tratamiento de residuos, son algunos de los factores que influyeron para que el Ministerio del Ambiente (MAE) entregue reconocimientos a 2 empresas de la Sierra centro.

Se trata de Prodegel, industria tungurahuense especializada en la elaboración de gelatinas, la cual obtuvo la certificación al mérito ambiental Punto Verde. El mismo incentivo alcanzó la compañía Moderna Alimentos S.A., de Chimborazo, dedicada a elaborar y vender harina de trigo, fideos, productos de panificación, entre otros.

Franz Verdezoto, subsecretario de Calidad Ambiental, visitó el 25 de noviembre pasado ambas fábricas para entregar la certificación una vez que se ha demostrado que han mejorado sus prácticas productivas a favor del ambiente.

“El principal objetivo de la entrega de esta distinción es valorar el trabajo de las empresas que hagan uso racional y eficiente de los recursos, para un ejercicio efectivo en el cambio de la matriz productiva. Este instrumento mide y premia los esfuerzos de las industrias nacionales para conservar un medio ambiente limpio y sano”, dijo Verdezoto durante su visita a la planta de Prodegel, ubicada en la parroquia Totoras, al sur de Ambato.

Allí Fabricio Palacios, gerente general de Prodegel, junto con otros directivos de la fábrica, encabezó un recorrido por las instalaciones. La piscina de descontaminación de residuos líquidos es una de las áreas que más llama la atención, por su dimensión e incesante labor.

“El corazón del proceso de tratamiento de aguas es la enorme alberca. Allí y en otras piletas se aplica un proceso de lodos activado, con el uso de microorganismos, para degradar la carga contaminante”, explicó Fernando Aldás, del departamento de gestión ambiental.

La piscina costó alrededor de $ 2,5 millones, está activa desde junio de 2014 y garantiza la devolución al ecosistema del agua utilizada en la producción, sin agentes degradantes.

El gerente general de Prodegel enfatizó en que “la distinción Punto Verde es el resultado de un esfuerzo conjunto de directivos y personal de la empresa, por más de 4 años, lo cual además contribuye a convertirse en una fábrica totalmente ecoeficiente”.

El MAE indica que la planta logró reducir en un 54,5% el consumo de combustible búnker, por la recuperación de condensados. Además la industria se sometió a una innovación tecnológica y de procesos, lo que le ha mermado 12,7% el consumo de energía eléctrica.

En Chimborazo, Moderna Alimentos S.A., es la primera industria en adquirir la distinción Punto Verde del MAE.

La compañía tiene más de 100 años de creación a nivel nacional,  y una de sus sucursales se ubica en un edificio patrimonial del cantón Colta. A fin de cumplir con los requisitos del Ministerio del Ambiente, los directivos de Moderna invirtieron más de $ 800.000.

“Antes solíamos desechar lo que considerábamos impurezas del grano y esto dejaba a la empresa pérdidas. Ahora lo aprovechamos de mejor manera, al momento de procesar la harina nos sirve como materia prima para elaborar balanceado, recuperando hasta el momento 1,17% en este campo” indicó Mariela Gómez gerente de planta.

Precisamente este factor de recuperación del 67,9% de desechos, a partir de la implementación del nuevo Sistema de Recepción y Pre limpieza de trigo así como el uso de equipos tecnológicos que permiten llevar un proceso adecuado en la recolección de desechos, hicieron posible la adquisición de la distinción Punto Verde.

Esfuerzo colectivo en Tungurahua

El esfuerzo por cuidar las fuentes de agua, bosques y atmósfera, en Tungurahua es colectivo. A más de las iniciativas del MAE y la Prefectura, el Municipio ambateño regula las emisiones de las industrias textil,  curtidurías y carroceras, con la Ordenanza para la Prevención y Control de Contaminación Ambiental.

La normativa lleva en vigencia diez años y detalla, entre otras cosas, las medidas reglamentarias del uso de combustibles. Entre ellos el búnker, uno de los agentes más contaminantes de los ríos.

Allí además se pone énfasis en la importancia de que estas empresas estén ubicadas en parques industriales, con sus respectivas  piscinas de descontaminación de fluidos, y en la reducción de ruidos y emisiones que polucionan aire y suelo. (I)

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