Ambato.-

Más de 50 personas se hallaban apiñadas y emocionadas en el estadio de la quinta El Rosario, al nororiente de Ambato. Adultos, niños y jóvenes se sonreían entre sí y sostenían con sus manos temblorosas celulares, cámaras fotográficas y de video.

Todos ellos debieron madrugar para no perderse los detalles de un acontecimiento insólito e histórico en las provincias de la Sierra centro.

El martes 21 de marzo, a las 07:00, fue la fecha en que despegó un globo aerostático de aquellos hinchados y multicolores que en Ecuador solo se ven en las películas y en las redes sociales.

¿El objetivo? Turístico, y recreativo, por supuesto.

Una  cubierta blanca con figuras de diversos colores de 23 metros de largo reposaba sobre el césped natural como si se tratase de un enorme gusano desinflado. Cuatro cuerdas blancas la unían férreamente a una canasta o barquilla fabricada con mimbre y madera sobre una estructura metálica.

Los invitados rodeaban a un grupo de empleados de la empresa Globos Aerostáticos de Papel Seda Ambato (Gloapsa), responsable del evento, que cumplían con el protocolo de rigor que les fue  socializado por su instructor y comandante, Manuel Rodríguez, oriundo de España.

“Tengo 2.500 horas de vuelo en diversos países del mundo. Por ahora tripulo globos aerostáticos con capacidad para 25 pasajeros en Suiza y el resto de Europa. Es importante elevarse durante las primeras horas de la mañana, ya que en ese momento la tierra empieza su actividad térmica”, refirió el comandante de cabellera blanca y piel tostada por el sol en las alturas.

En la barquilla se hallaban dispuestos varios tanques de propano para alimentar el fuego del quemador que permite calentar el aire con el que se elevaría el globo.

Con el piloto español viajó la recientemente electa reina de Ambato, María Judith Custode, quien se mostraba nerviosa y sonriente ante las cámaras de una docena de periodistas.

A un costado de la cancha de fútbol fue dispuesta una carpa para la presentación oficial del acto y otra para saborear los bocaditos mientras se realizaba la travesía.

Los inicios del proyecto

Este proyecto se inició con el sueño infantil de Cristian González, gerente general de Gloapsa. “Mi deseo de volar se ha cumplido. Inicié en mi adolescencia con los globos de papel y ahora traje uno real para disfrutar de los vuelos recreativos como se practica en los grandes países del mundo”.

Gloapsa invirtió en este proyecto más de $ 140.000.

El globo será publicitado este año en los nueve cantones de la provincia, como Ambato, Baños de Agua Santa, Tisaleo, Quero, Mocha, Pelileo, Cevallos, Patate y Píllaro.
Para esto se aprovecharán las fiestas andinas, las concentraciones populares y los festejos por las fundaciones cantonales.

Según estos empresarios privados se planea hacer dos vuelos por semana y la tarifa por persona está todavía en estudio para obtener una rentabilidad. “Este es un atractivo importante que se practica en decenas de ciudades del mundo. Estamos seguros de que el globo irá más allá de las fronteras provinciales y será conocido en todo el Ecuador”, aseguró Salomé Marín, concejala y presidenta de la Comisión de Turismo de la Municipalidad local.

La sostenibilidad de la oferta

“Los quemadores producen una llama de 600 a 700 grados e hinchan el globo con un aire caliente de 90 a 100 grados de temperatura. El globo aerostático es siempre un espectáculo y eso precisamente abre las puertas al turismo popular”, recalcó Rodríguez.

La empresa terminará de formar a sus propios pilotos durante un mes de capacitación a cargo del español y continuará con el entrenamiento el resto del año. Son dos pilotos ambateños.

“Volar en globo es enamorarse del viento. Por eso es importante ganar destreza en la práctica luego de recibir la teoría que también es importante”, añadió Rodríguez. (I)

Para empezar a hinchar la vela del globo se utilizó un ventilador grande, y luego, para acelerar el proceso, el fuego del gas. Foto: José Miguel Castillo / EL TELÉGRAFO

DATOS

La aeronave tiene matrícula ecuatoriana cifrada con el número HCG-G0005 y su operación es coordinada con la Dirección General de la Aviación Civil (DGAC).

Su envoltura o vela (tela) alcanza 23 metros de altura y tiene capacidad para 2.250 metros cúbicos de aire caliente. Su peso total es de 450 kilos. La nave se encuentra inspeccionada y mantenida.

La velocidad del viento inicial no debe ser mayor a 15 nudos por hora. El globo es considerado una aeronave, por lo que cuenta con el mismo tratamiento de seguridad y calidad. Tiene radio profesional.