La Navidad es una oportunidad para que los niños y adolescentes ambateños demuestren sus habilidades en el canto o tocando instrumentos musicales. Por eso, durante esta temporada se organizan representaciones de teatro, danza, baile, conciertos y cánticos tradicionales.

De este modo, según los organizadores de estos eventos, se aporta con un toque espiritual a esta fecha, en contraposición al consumismo.

Incluso, las estaciones de radio invitan a sus programas vespertinos a chicos para que canten villancicos acompañados. Esta es una alternativa frente a la prohibición municipal que rige desde hace 5 años, de realizar los pases del Niño por las calles, así como los desfiles de carácter deportivo, político y social.

Patricio Pazmiño, concejal, explicó que la ordenanza de Utilización de Bienes de Uso Público, de hace 10 años y que fue reformada en 2013, busca precautelar la movilidad de los peatones de forma segura y evitar el congestionamiento del tránsito en el casco urbano.

“Se lo hizo tomando en cuenta que esta es una ciudad con calles estrechas. Las únicas 2 excepciones de esta normativa son el desfile del 12 de Noviembre y los de la Fiesta de las Frutas y de las Flores (FFF)”, indicó el funcionario.

Antes de esta disposición, las céntricas calles Bolívar y Sucre eran las más utilizadas para realizar el tradicional pase del Niño. Ahora, estas escenas se representan dentro de las instituciones o en barrios e iglesias, con el objetivo de mantener la tradición.

Una de las emisoras de la ciudad que abrió un espacio importante durante este mes es radio Centro. Carmen Elizabeth Gamboa, conductora del programa ‘Hablemos en familia’, explica que en ese espacio las instituciones cuentan con una hora para enviar mensajes, cantar villancicos y leer fragmentos bíblicos.

“Es grato para nosotros recibir en nuestro estudio a los padres de familia y a los estudiantes. Llegan con sus mejores galas y con sus instrumentos bien afinados, para deleitar a los oyentes con sus cantos de fe y esperanza”, expresó la conductora del espacio.

Los emocionados y a la vez nerviosos adolescentes, arriban a un escenario que siempre resulta pequeño para los participantes y donde se destacan los adornos navideños.

Las escuelas también organizan concursos internos de talentos con mensajes alusivos a la temporada. Un ejemplo de ello es la escuela Bautista. Allí la maestra de quinto año, María Sánchez, explicó que el programa se alista con 30 días de antelación.

“La coreografía es la más emocionante y alegre, porque es una fiesta que encanta tanto a los niños como a los adultos. Las canciones y vestimentas son el resultado de entrenamientos y esfuerzos familiares que se hacen con el estímulo de la época festiva”, dijo la educadora.

El Comité Permanente de la Fiesta de la Fruta y de las Flores (FFF) también organizó este año el Festival de Villancicos 2013.

Según su directora, Alexandra Jaramillo, en este escenario se pretende rescatar e incentivar a los niños para que interpreten canciones y toquen instrumentos musicales como parte de su formación individual.

Otra estación también realizó el VII Festival de Villancicos con la participación de niños, niñas y jóvenes de 13 establecimientos educativos de la ciudad en los predios de la Policía Nacional. Los ganadores fueron estudiantes del Pío X, Galo Miño y de la escuela Celiano Monge. Los premios variaron entre 100 y 300 dólares.