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Lengua de señas en Ecuador tiene identidad propia
La expresiva y apasionante lengua de señas, o lengua de signos, vigente en el país es una técnica de comunicación original y con una composición simbólica y gramatical que en la actualidad goza de autenticidad.
Si bien es cierto, a escala mundial este sistema ilustrativo basado en el movimiento de las manos y gestos faciales, guarda una similitud en su composición más básica; dependiendo de cada país ciertos signos varían de acuerdo con la cultura, simbología territorial y de las formas de expresar y comprender la frase u oración que se desee comunicar.
Modelos Internacionales
Mediante un intérprete de este lenguaje, Eulalia Eguiguren, presidenta de la Asociación de Sordos de Tungurahua, explica que tras muchos años de usar modelos extranjeros, en 2012 se creó el Diccionario Oficial de Lengua de Señas de Ecuador.
“Por décadas hemos venido comunicándonos con matrices de Estados Unidos, Colombia y España, entre otros países, con la dificultad que significa copiar un modelo externo. Esta situación generó la necesidad de crear un lenguaje propio con el cual podamos expresar nuestras ideas y requerimientos. Nuestro sistema de emitir un mensaje es, en muchas veces, diferente a los sistemas de otros países”, dijo.
Ventajas de un dialecto local
Eguiguren, quien además es consejera y representante de la comunidad sorda de la provincia por su labor concientizadora en la sociedad oyente, señaló también que implantar un dialecto propio facilita la enseñanza de la lengua a los jóvenes, ya que utiliza signos, símbolos y gestos corporales instituidos de acuerdo con elementos de nuestra cultura, sociedad e ideología, cosa que antes no sucedía.
Otra de las ventajas que supone tener una técnica local es, según algunos intérpretes del lenguaje, tener un completo diccionario con explicaciones detalladas de cada gesto y movimiento corporal.
“El Diccionario Oficial de Lengua de Señas del Ecuador ha sido elaborado por maestros y sicólogos del país que pueden explicar las variaciones y cambios que han tenido ciertas palabras y conjugación de verbos, a través de los tiempos. De igual forma este completo compendio nos permite explicar con más detalle a las antiguas generaciones que se comunicaron con un formato de otros países, el modelo ecuatoriano”, explicó Daniel Torres, maestro e intérprete de la lengua.
La práctica hace al maestro
Mientras que para un niño sordo es más fácil aprender la lengua, en personas oyentes el aprendizaje podría tardar un poco más.
Torres, quien lleva 5 años como intérprete, asegura que la enseñanza de la técnica, con el Diccionario Ecuatoriano…, tarda 4 meses, pero la práctica diaria es la clave.
“Quien quiera aprenderlo debe seguir 4 módulos, 1 por mes. Durante este tiempo se imparte la parte teórica pero el ejercicio constante permite al aprendiz especializar la técnica, al igual que cuando alguien aprende inglés u otro idioma extranjero”, dijo.
Este intérprete señala además que las personas con deficiencia auditiva tienen un cuidado y atención muy especial con sus manos, ya que estas equivalen a su boca, al igual que sus ojos hacen las veces de oídos, al leer los labios de quienes si pueden oír. Sin embargo, esta última habilidad no la dominan todos los sordos, ya que requiere años de disciplina.
En la Asociación de Sordos de Tungurahua, ubicada en el Centro de Atención Primaria El Peral de Ambato, las clases se dictan de lunes a viernes, en las mañanas y tardes, con el fin de crear una sociedad más inclusiva.
Carga emocional de la lengua
Este medio de comunicación es, además, conocido a escala mundial por la carga emocional que envuelve a quien lo practica. Quien observa cómo se comunica una persona con deficiencia auditiva se da cuenta de la pasión con que se expresa, ya que usa, además de sus extremidades superiores, el rostro y movimientos del cuerpo, por lo cual se debe poner toda la atención para comprenderlo. En el Ecuador viven 200 mil personas con algún grado de deficiencia auditiva, aproximadamente.