La región central del Ecuador soporta desde finales de 2015 afectaciones significativas en la agricultura, ganadería, avicultura y otras actividades económicas, debido a varios fenómenos naturales.

En Cotopaxi se han visto afectadas grandes extensiones cultivadas  con acelga, col, brócoli, coliflor, lechuga, zanahoria y remolacha, por una sequía que se prolonga desde noviembre de 2015.

Varios caseríos de cantones tungurahuenses y chimboracenses, permanecen bajo una gruesa capa de polvo volcánico, el cual es frecuentemente expulsado por la ‘mama’ Tungurahua.

El reciente descenso de piedras, vegetación y lodo por una de las quebradas del nevado Chimborazo, producto de las fuertes lluvias ocurridas en las últimas horas, han asombrado a muchos y perjudicado a tres comunidades.

Calentamiento global

Si bien los procesos eruptivos del Tungurahua y la ausencia de precipitaciones pluviales por largos periodos, son acontecimientos frecuentes en la región; los lahares que últimamente descienden por quebradas del nevado Chimborazo asombran a muchos y son producto de uno de los fenómenos más perjudiciales: el calentamiento global.

El 8 de diciembre de 2015 un grupo de expertos en glaciares sobre voló el impotente Chimborazo a fin de determinar la razón por la que las gigantes reservas de hielo se estaban derritiendo.

Una de las conclusiones de los técnicos fue que las altas temperaturas que la región soportó en aquellos días, provocaron el deshielo de grandes bloques y desencadenaron aludes que arrasaron con cultivos de localidades de la parte baja.

Desde la fecha las quebradas del nevado se ampliaron y a la mínima precipitación pluvial, se forman grandes ríos que descienden con fuerza sobre Chuquipogyo, Santa Rosa y San Rafael, caseríos del cantón Guano.

El aguacero del jueves pasado dejó grandes afectaciones. Piedras, troncos y palos descendieron tras una hora de lluvia, lo que provocó la obstaculización de la vía que une a Riobamba con Sigsipamba y Urbina.

Allí alrededor de 120 familias quedaron incomunicadas así como moradores de Santa Lucía y San Andrés, también de Guano.“Fueron momentos muy angustiosos pues grandes rocas descendieron a gran velocidad, destruyendo todo a su paso. El ruido que el alud provocó fue tal que muchos pensamos que el volcán estaba erupcionando”, señaló Maritza Villarroel, habitante de Santa Lucía.

Según el reporte de la Secretaría de Gestión de Riesgos (SGR) los aludes podrían haber sido provocados  por restos de hielo que quedaron en los desfiladeros del nevado, en diciembre pasado.

A su paso, las piedras, troncos y escombros que descendieron el jueves afectaron sembríos, cosechas y la línea férrea que cumple el proyecto turístico Tren del Hielo.

La SGR anunció que el lodo cubrió alrededor de 500 metros de la carretera y devastó cerca de 10 cultivos de papa, maíz, haba, arveja y otros productos. “El lodo nos llegaba hasta las rodillas. Quedamos incomunicados por dos días, lo que impidió que salgamos a vender nuestras cosechas y ganado en mercados de Ambato, Riobamba, Píllaro, Latacunga y Salcedo” indicó Pedro Paca, habitante de Santa Rosa.

La situación complicó el traslado de personas hasta sus hogares y pone en riesgo la zona en caso de nuevas precipitaciones.

La preocupación se extiende hasta los habitantes de La Silveria, comunidad que queda a 5 minutos donde ocurrió el aluvión y en la cual habitan alrededor de 240 familias. “Cada vez baja más material. En diciembre la gran cantidad de rocas, lodo y troncos, tapó la quebrada Pucco Machay y ahora destruyó el puente de la comunidad. Esto nos angustia mucho pues cada vez las quebradas tienen un diámetro más amplio y los aludes podrían arrasar con nuestras viviendas”, dijo Fausto Ochog, habitante de La Silveria.

Otra de las preocupaciones de los  habitantes del sector es que los aludes puedan alcanzar al tren durante uno de los recorridos que realiza cada semana. “Las autoridades decidirán si es necesaria la construcción de muros de contención cerca de la vía férrea o gaviones que desvíen el curso de los flujos hacia afluentes cercanos”, agregó Fausto Ochog. (I)

DATOS

La señalética en la vía que une Riobamba  con Sigsipamba y Urbina fue derribada por las grandes piedras que descendieron de la parte alta del nevado Chimborazo.

Varios cultivos de brócoli, coliflor, lechuga, zanahoria, y otros productos de clima frío, fueron arrasados por el alud. Los agricultores decidieron sembrar nuevamente pero a una distancia de 10 metros de la zona afectada.

La SGR informó que el aluvión del jueves pasado creció mientras descendía por los desfiladeros debido a que allí quedaron grandes trozos de hielo que no se fundieron en diciembre del año pasado.

Cada vez que ocurren deslaves, alrededor de 120 familias del cantón Guano quedan incomunicadas debido al taponamiento de las carreteras que conectan con la capital chimboracense y otras ciudades. (I)