Las ideas tiene un espacio junto a “Lalo, el librero”
En la librería El Volcán, en el centro de Latacunga, se guisan ideas, se merienda sueños, se almuerzan alegrías y se ve la vida a través de los ojos de Luis Freire “Lalo, el librero” en medio de sabrosas tertulias.
“Soy huérfano y tenia 12 hermanos mayores. Recuerdo claramente que a los 9 años, mis hermanos mayores se iban hacer cargo de los más pequeños; no había problema con nadie, pero cuando llegó la hora de llevarse a ‘Lalo’, nadie quería, sería por que yo era revoltoso, malcriado, no sé”, relata.
“Lalo” es un personaje al que muchos acuden porque entiende los procesos coyunturales, ya sean políticos o sociales, acertadamente, y los analiza con una audacia que dan los libros, pero también la experiencia. Aquel que lo escucha comprende a través de sus palabras el entorno y da respuesta a varias interrogantes.
Además de ello, “Lalo” escribe y describe cómo fue la Latacunga de antaño. Sus memorias relatan una ciudad antigua, romántica, amistosa cuando todos se conocían, se saludaban y se criticaban; esa Latacunga de estrechas calles y coloniales casas. “Lalo” recuerda, habla y escribe de ello. Añora el detalle mas simple. “Yo comía en el mercado de la plaza platos de papas de 8 reales sin huevo y sucre con huevo”, cuenta.
Atrás quedó la juventud, pero no la rebeldía. “Lalo” busca con los jóvenes latacungueños hacer una revolución de ideas por medio de la lectura. “Yo no entendería mi vida sin la lectura”, dice totalmente convencido.