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Ecuador, 26 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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La zona central tiene una bebida que se volvió parte de su identidad

Estudiantes de gastronomía de la Unach y la Espoch reparten las porciones del gigantesco jucho de carnaval.
Estudiantes de gastronomía de la Unach y la Espoch reparten las porciones del gigantesco jucho de carnaval.

El jucho está considerado la bebida patrimonial de la Sierra centro.
En esencia, la mezcla del zumo  del capulí con el de durazno, como resultado de su cocción, cautiva el  paladar de quienes lo prueban por primera vez.

En febrero y marzo es común que al ingresar en un restaurante o en los mercados de Riobamba, se ofrezca el jucho para acompañar las comidas tradicionales o solo para saborearlo ya que es precisamente con el carnaval que cobra relevancia.

El precio se ajusta al presupuesto de casi todas las personas ya que un vaso de la bebida se vende desde

$ 0,50 y su valor nutricional supera al que se obtiene al consumir varios alimentos, puesto que posee calcio, fósforo e hidratos de carbono.

La palabra jucho proviene del kichwa juchu que quiere decir colada. Es por eso que este zumo se relaciona con la llegada de los granos tiernos y el florecimiento que se denomina Pawkar Raymi.

Un consumo festivo

En las comunidades indígenas la preparación de esta bebida tiene una connotación festiva, porque al elaborarlo la familia se reúne para dar gracias a la Pacha Mama por los beneficios recibidos.

El principal ingrediente es el capulí el cual representa a los ovarios de la mujer y la fertilidad. Los antepasados lo consideraban como una deidad del campo a la que se rendía culto.

Según el libro El jucho, tradición y sabor, el vínculo que tienen los indígenas con el árbol de capulí es muy profundo. “Prácticamente lo consideran miembro de la familia, se lo respeta y se lo cuida. Por eso, es todo un placer ‘capulicear”, explica el texto.

Sin embargo, con los años la preparación del jucho ha sido sometida a cambios. Originalmente se dice que los ingredientes eran el capulí y el shawarmishki, este último es un jugo que se obtiene de algunos pencos. Este vegetal es conocido como la ‘planta de las mil maravillas’ ya que sostenía poblaciones enteras solo con el líquido.

En la actualidad en Salasaca (Tungurahua) se retomó un festival anual con rituales.
En el año 1500 ya era consumido por los ancestros, quienes recorrían largas extensiones para obtener los más frescos.

La cocina de hoy

En la actualidad, el jucho se cocina con manzanas, duraznos, especias dulces, azúcar y espesantes como la maicena o el almidón de camote.

“La alimentación de nuestros ancestros siempre estuvo ligada con la cosmovisión andina. El acto de alimentarse toma otra perspectiva, el ritual de prepararlo y degustarlo se vincula al agradecimiento a la tierra y a este fruto en especial”, explicó el chef, Milton Zabala.

Durante las festividades del carnaval, algunos visitantes que llegaron desde la Costa lo probaron en uno de los eventos que reunió a más de 20 mil personas: el jatun jucho o el jucho más grande del mundo.

“Habíamos escuchado de este brebaje, pero no podíamos imaginar el sabor y el aroma que tiene. Ahora entiendo por qué les gusta tanto, sin duda es algo que debemos apreciar”, opinó Maya Pinela, visitante guayaquileña.

El jucho todavía estará a disposición de quienes lo busquen hasta comienzos de marzo.

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