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La vigilia y el ayuno están dirigidos a creyentes jóvenes y sin dolencias físicas
Entre las actividades que la iglesia prepara para esta fiesta se encuentran las vigilias y los ayunos. Quienes han participado suelen referirse a este ritual como una experiencia profunda y significativa, enfocada en la reflexión y meditación.
Una vigilia, que significa ‘noche en vela’, porque se desarrolla en horario nocturno, es un acto litúrgico de una comunidad que vigila y se conecta con el Creador por medio de la oración mientras el resto de la población duerme.
Pese a que suele ser de convocatoria abierta, la mayoría de párrocos y pastores quienes organizan las veladas, suelen recomendar abstenerse de participar en ella los creyente enfermos, discapacitados físicos e intelectuales, ancianos, niños y mujeres embarazadas, pues este grupo podría presentar problemas de salud derivados de la mala noche, frío y ausencia de alimentos. (I)