Publicidad

Ecuador, 04 de Febrero de 2025
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

La plaza Sucre, en Pujilí, expone las historias de más de 500 comerciantes

Las comidas populares tradicionales tienen un espacio en esta feria al aire libre. Los comensales arriban de diversos cantones de la provincia de Cotopaxi. Foto: Silvia Osorio / para El Telégrafo
Las comidas populares tradicionales tienen un espacio en esta feria al aire libre. Los comensales arriban de diversos cantones de la provincia de Cotopaxi. Foto: Silvia Osorio / para El Telégrafo
26 de octubre de 2014 - 00:00

Con el sudor aún fresco brillando en su frente, Mariana Quinatoa deja caer una carga de 100 cebollas largas sobre el piso de la plaza Sucre, situada en el centro de Pujilí, en Cotopaxi. Transportó este producto envuelto en una chalina y amarrado a su espalda.

Su puesto está ubicado en el lado derecho de la plaza. Comparte el lugar con 10 ‘cebolleras’ más.
Es una suerte de ritual que cumple los domingos y miércoles para las ferias del cantón.

Quinatoa, de 50 años, arribó de Zumbahua con el ‘atado de cebollas’ que cosechó en su terreno. Pero otras veces también trabaja como comerciante intermediaria.

Como ella, más de 500 comerciantes minoristas, que provienen de los cantones Salcedo, Saquisilí, Latacunga y Sigchos, interactúan en este espacio desde las 06:00.

Este mercado funciona al aire libre. Los compradores y vendedores se fusionan en una inmensa masa humana cuya alternabilidad y variedad permiten que se genere la necesaria empatía con los ‘caseritos’.

El sol de la serranía quema los hombros de quienes no alcanzaron a colocar una carpa de plástico como protección. Es el caso de ‘don Ramón’, como le dicen cariñosamente a Ramón Torres, un angamarqueño de 59 años que se dedica a la venta de anís estrellado en el extremo derecho de la plaza, junto a un poste.

“Yo vengo aquí desde que tenía 20 años. Antes vendía gran variedad de especies de dulce en mi propio puesto, pero ahora, lo hago en menor cantidad para no perder la costumbre”, explica el hombre de aspecto bonachón.

Panela, variedades de pescado, abarrotes, jugo de caña, cereales, harinas, frutas de la Sierra y de la Costa, vegetales, sal, hierbas curativas, flores, huevos criollos, confites, miel de abeja, sal prieta, se comercializan en la cara norte de la plaza.

En el centro del mercado se levanta el sector de comidas preparadas. Allí, en 14 puestos, se ofrecen caldo de gallina, tortillas de papa y maíz, caucara (carne que se sirve con las tortillas), almuerzos, caldo de pata, fritada y chicha de jora.

En opinión de Flor Aimacaña no hay como el yahuarlocro. “Creo que es el mejor platillo porque siempre está fresco y tiene una sazón inigualable”, asegura la comensal. El plato cuesta $ 1,25.

La zona sur de la plaza está ocupada por los comerciantes de ropa y zapatos. También hay mochilas, llaveros, fajas, collares, aretes, pasadores, pañoletas, bolsos y otros.

En este lugar aún es posible ver a quienes practican uno de los oficios más sacrificados: los cargadores. La mayoría son hombres. Siempre están junto a los comerciantes para ayudarlos a movilizar los bultos hacia los carros. Rubén Quilatuña, de 60 años, cobra $ 0,15. Se queja de continuos dolores en la cadera, pero no conoce otra opción para ganarse la vida.

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media