“Con todo el entusiasmo de que somos capaces nos adherimos a la candidatura del eximio patriota general Manuel Antonio Franco, exhibida por leales franquistas que en Ambato han suscrito una hoja  ‘Nuestro Candidato’. 

Hacemos nuestra su causa, ofrecemos incondicionalmente apoyarla,  y dando público testimonio de la manera de ser de este pueblo, queremos que el público  nos conozca mediante la lectura de firmas, Pasa, mayo 24 de 1904”.

Este documento está tomado del periódico El Tungurahua que dirigía el intelectual tungurahuense Gabriel Garcés, en colaboración con sus redactores Carlos B. Sevilla, Luis F.  Villacreses y Alejandro Montesdeoca.

Epigráficamente se hace constar que era un “Semanario Liberal-radical” que circuló la fecha cívica anotada. Entonces, se aprestaban los ecuatorianos a elegir al Presidente de la República.
Los contendores eran 2 generales: Leonidas Plaza Gutiérrez y Manuel Antonio Franco.
Alfaro, visto a la distancia, se equivocó y  fue traicionado por Leonidas Plaza. El general Franco, un esmeraldeño nacido en 1844,  había acompañado a Alfaro en todas sus contiendas, y hasta fue encargado del mando civil y militar en ausencia del Viejo Luchador.

¿Estaban enterados y convencidos los paseños de Tungurahua del apoyo al general Franco? Es interesante desde varios puntos de vista que repasemos la lista de supuestos liberales radicales de esta parroquia que hicieron una quema de libros de la biblioteca de Víctor M. Fernández, el 20 de mayo de 1904, allanando su domicilio.

Por metodología, pongo en orden alfabético los nombres que aparecen con otro orden en la publicación que es la fuente de este documento: Mariano Abril, Celiano Aldaz, Luis  Allo Luis,  Ruperto Arias, Juan Calvache, Antonio Bedón, Nicolás Bombón, Pedro Carrasco.
También, Cristóbal Carrera, Ángel Cayambe Ángel y José Manuel Cayas, entre muchos otros.

Violencia se desató en Ambato

Las elecciones fueron extremadamente violentas en Ambato. Los periódicos de la época dan noticias de enfrentamientos a bala y de que los curuchupas más conocidos se habían vuelto liberales radicales para simpatizar con Alfaro.

¿Se replica sistemáticamente la historia tungurahuense para acomodarse en el poder?   No sé si por estrategia, hacen la de San Pedro, en espera de que les cante el gallo.

Esperan nuevas  elecciones para reconciliarse con el Maestro que suma estrategias, llevado a veces de la necesidad de resultados en las urnas, que le hace pensar que todo trigo es limosna.
Y siguen los datos históricos: “…a espaldas del Gral. Alfaro, el Gral. Leonidas Plaza lo nominó como candidato oficial para la Presidencia de la República. El gobierno de Lizardo García, impuesto por Plaza contra la voluntad de Alfaro, marcó la ruptura definitiva del liberalismo que cuenta con dos tendencias irreconciliables: alfaristas y placistas, que se harán una guerra violenta y sin cuartel y que no terminará sino años después, cuando en El Ejido de la capital de la República se encienda La Hoguera Bárbara”, según  R. Arízaga Vega.

Pero volvamos a la historia de Pasa, parroquia que ha dado mucha gente singular al desarrollo ambateño. Tomemos directamente el texto de El Tungurahua en la edición señalada...Los sucesos de Pasa”, dice el titular y el texto es el que sigue: “El día viernes tuvo lugar un levantamiento de indios en la parroquia de Pasa, acaudillados por Juan Moya contra el teniente político y otros individuos.

Los amotinados, después de perseguir al ciudadano Víctor M. Fernández, que escapó casualmente, penetraron a su domicilio, sacaron todos sus libros diciendo que eran prohibidos por la Santa Madre Iglesia. Hicieron un montón en la plaza y les prendieron fuego.
El ciudadano Moisés Ulloa fue sacado enseguida de su lecho en paños menores y ultrajado por la turba, que buena cuenta hubiera dado de él si no se refugiase en el convento. León Fierro, teniente político, fue igualmente perseguido, viéndose también obligado a pedir asilo en la misma casa parroquial.

Este atentado reviste suma gravedad. Alguien debe haber allí, entre bastidores, que haya dicho a los indios, de los libros heréticos y prohibidos que tenía Fernández; y  ya suponemos quién sea.
Esperamos que las autoridades procedan con toda la energía del caso para descubrir a los autores de semejante atentado; y que se prestarán seguridades y garantías a las autoridades de Pasa, amenazadas por las turbas fanáticas”.

En una edición de abril, que es anterior a las publicaciones que estamos ofreciendo, se da cuenta de la organización de un “Club Garcista… Como se preveía en la invitación que, con anterioridad a la reunión la hicieron circular los partidarios de don Lizardo, se reunieron en la casa del señor Modesto F. Chacón, el día domingo último, cosa de 25 de los adeptos a la candidatura de aquel caballero.
 Se procedió a elegir el personal directivo, habiéndose obtenido el siguiente resultado: Presidente, Agustín Nieto; vicepresidente, Ángel Modesto Borja; secretario, José Onofre Cobo; tesorero, Juan M. Ruiz. Vocales principales: Adriano Cobo, Modesto F. Chacón, Juan Elías Bucheli, Alcides Naranjo, Dr. Juan Moreno, César Holguín, Alejandro Sevilla y  Julio Paredes.

Ahora bien, como nuestro objeto ha sido y será, el demostrar ante la Nación, y especialmente al Liberalismo, que la candidatura del Sr. García se halla apoyada por una gran fracción del partido Conservador, confirmamos ahora de manera evidente nuestra aserción, pues que, excepción hecha de los señores Ángel M. Borja, Víctor M. Cobo, Modesto F. Chacón y César Holguín, ninguno de los demás que figuran en el personal directivo, ha sido ni es liberal definido, y antes por el contrario pertenecen a la escuela conservadora. Hacemos constar, eso sí, que excluimos al Señor Víctor M. Benítez, liberal honrado, quien no asistió a la reunión y sin embargo fue nombrado como vocal…”.

‘Pataleo’ de los conservadores

A pesar del triunfo del Liberalismo en 1895, no todo estaba ganado ni todo perdido para los conservadores que pataleaban por recobrar la dirigencia de la Patria.
Por eso decían en ese mismo periódico a los liberales de Ambato: “No se puede estar jamás por una candidatura apoyada por el conservatismo. No puede consentir jamás que se pierda en un momento el trabajo heroico de más de 50 años, cuando recién se ha comenzado a cosechar los frutos del árbol de la Libertad que ha crecido con la sangre de millares de ecuatorianos.”

Todo esto no es sino un espejo en el que podemos estar mirándonos hoy. Nuestros políticos engendran vástagos. Cuando no son de su propia familia, han de ser los agnados y cognados.
La democracia es una fiesta, repite la prensa como un eslogan cuando hay elecciones. En estas ‘fiestas’ están contentos los compadres que saben ‘jochar’ y queda la esperanza de que el prioste le sepa retribuir como corresponde cuando llegue la ocasión del disfrute.