La parasitosis es el mayor reto en Loma Grande
El centro de salud tipo A construido en el barrio Loma Grande de la parroquia Eloy Alfaro, al occidente de Latacunga, funciona desde hace aproximadamente cuatro meses. El Estado ecuatoriano invirtió en él 578.346,19 dólares y al lugar acuden aproximadamente 120 personas por día para recibir atención en las áreas de odontología y medicina general.
El espacio cuenta con tres consultorios médicos; enfermería, donde básicamente se aplican vacunas; sala de odontología; laboratorios; sala de procedimientos (emergencias); farmacia; estadística; salón de reuniones; sala de espera; áreas verdes y parqueaderos.
Enfermedades como afecciones respiratorias y parasitosis son por las que más requieren atención los pobladores de la parroquia Eloy Alfaro. A diferencia de otras zonas, en ese lugar de Cotopaxi, las afecciones por parásitos afectan a niños, niñas y adultos por igual. La causa principal de aquello sería la falta de cultura en el manejo de la basura por parte de algunos habitantes.
Fernanda Navarro, directora del centro de salud, manifestó que aproximadamente un 70% de la población que se atiende en el centro está afectado por parásitos tales como Giardia Lamblia, Ameba y Áscaris. “El problema central es que las personas no aprenden a manejar los desechos y en lugar de esperar para mandarlos en los recolectores, suelen botarlos en quebradas y sectores cercanos a los hogares creando focos de infección”, explicó.
Así mismo, la profesional indicó que la presencia prolongada de dichos parásitos en niños y niñas puede provocar desnutrición y en adultos, anemia.
José María Herrera, vecino del sector, afirmó que el problema del manejo de la basura se desató años atrás, con la llegada de cientos de migrantes de las comunidades rurales, quienes hicieron del barrio Loma Grande su destino. Al momento, un 50% de viviendas estaría habitado por ellos. “No podemos generalizar, hay migrantes que no manipulan mal la basura, pero hay otros que la botan donde les parece, no la envían en los camiones recolectores (…). Hemos buscado un acercamiento para socializar el tema con ellos, pero no muestran apertura”, sostuvo.
Del mismo modo, la directora del espacio de atención comentó que en distintas reuniones mantenidas con los moradores del barrio “se nota cierta actitud hostil entre habitantes antiguos y migrantes, por el mismo hecho que vienen de diferentes culturas (…); lo que nosotros hacemos es tratar de unificar, pues cuando hablamos de salud hablamos de un bien común”, comentó.
En base de ello, Navarro explicó que el personal del centro de salud trabaja con grupos de atención compuestos por profesionales de la medicina que destinan dos días a la semana para trabajar en la promoción y atención en salud en la parroquia.
En lo que tiene que ver con promoción, se trabaja en socializaciones para hacer conocer a los diferentes actores la importancia de implementar una cultura de higiene, alimentación y cuidados varios. “Se les indica cómo se produce el contagio con parásitos, los daños que estos producen en el organismo (…), la importancia de hervir el agua de consumo, entre otras cosas”.
Mientras que en atención, se visita hogares de personas que debido a su edad o por alguna capacidad diferente no puedan movilizarse hasta el espacio asistencial.