¿Qué acepción semántica actual salta al interno de los habitantes de Ecuador, Perú, Bolivia o Chile cuando se alude a su nacionalidad?  Un ecuatoriano se siente tal frente a un peruano porque cada quien tiene memoria de haber “defendido” su patria.

¿Qué decir de un peruano o de un boliviano frente a todo el vecindario? La respuesta es que nos fabricaron nacionalidades patrioteras triunfalistas y derrotistas que saltan a primera vista cuando pasamos fronteras como extranjeros.

En las bases emocionales del pueblo  la palabra patria tiene un sabor diferente a lo que sienten las élites, puesto que estas entienden con más claridad las razones de los conflictos y de los fabricantes y beneficiarios de las guerras. 

En la gente común siempre hay la memoria de algún combatiente, de algún soldado mutilado, de algún muerto, de una viuda, de un hijo huérfano, de una madre impotente, de algún héroe del que ha quedado alguna medalla, algún uniforme o recorte de periódico. En ellos y para ellos, la patria surge de una experiencia dolorosa de identidad nacida como de una violación ocurrida en un cuartel. Para llegar a ello han pasado por el desangre.