La mandarina es la fruta insigne de Patate
“Quien no ha probado las mandarinas de Patate, no ha conocido la esencia de esta ciudad”. Este refrán es muy conocido en Ambato y otros cantones de Tungurahua, y hace referencia al producto agrícola más representativo y cultivado en el cantón, también identificado como ‘el valle de la eterna primavera’.
De la siembra de este cítrico viven centenares de familias desde hace más de 5 décadas. Las pequeñas y coloridas plantas de esta fruta llenan de un penetrante aroma al productivo valle de la localidad así como a sectores de la parte alta.
Entre ellos Sucre, Los Andes y San Rafael Alto, donde los huertos son verdaderos “imanes” que cada fin de semana atraen a visitantes de todo el país.
Gran parte de las fincas de mandarinas son familiares, como la Asociación Agro ecológica San Rafael Alto. Allí 3 hermanos conservan el vergel que sus abuelos plantaron y luego heredaron a su padre y tíos.
“Los progenitores de mi mamá se esforzaron mucho por convertir una ladera, abandonada y descuidada, de San Rafael en un verdadero huerto frutal, y lo lograron. Si bien los pequeños árboles de mandarina ocupan más del 60% del terreno cultivable en San Rafael Alto, también hay chirimoya, tomate, aguacate y maíz; no obstante la fruta insigne de Patate es la mandarina”, dijo Joselito Barrera, uno de los administradores del gremio.
Flujo de visitantes
Junto a sus 2 hermanos, este emprendedor patateño recibe cada fin de semana a un aproximado de 200 visitantes nacionales y del extranjero, sobre todo de España, Italia y Estados Unidos; los cuales se alojan en hosterías, hostales y otros establecimientos del cantón.
“De junio a septiembre llegan a Patate muchos estadounidenses y europeos debido a que en estas fechas salen de vacaciones. Esto representa un impulso importante al sector hotelero y gastronómico de la parte urbana; no obstante parte de la ruta turística de Patate incluye encantos como los viveros de Quinlata, donde se puede encontrar gran variedad de flores y plantas ornamentales y aromáticas, así como las plantaciones de mandarina y otras especies frutales de San Rafael Alto, donde los visitantes pueden probar las aleaciones cítricas que se han perfeccionado en el lugar”, destacó Alexandra Córdova, dueña de la Finca Eco turística Monte María.
Gran parte de los productos agrícolas con que se preparan los alimentos en este establecimiento provienen de San Rafael Alto. Cerca de los predios de la Asociación Agro ecológica de esta localidad, hace algunas décadas existía un enorme artefacto para la molienda de granos andinos, el cual es hasta hoy un atractivo turístico.
“Un pequeño riachuelo que baja de la montaña humedece los suelos del sector. A mediados de los años 1950 mis abuelos instalaron cerca un enorme molino de piedra que era movido por las frías aguas, por lo que con el pasar de los años el lugar recibió el nombre de Finca El Molino”, explicó Marcelo Barrera, también administrador de la Asociación San Rafael Alto.
De este artefacto, en la actualidad no queda mucho, excepto un par de paredes y el recuerdo de la época dorada de la molienda de cereales y granos andinos. Por ello los vestigios del molino es un punto obligatorio de visita para los visitantes.
El clima y altitud de San Rafael favorecen el cultivo de frutas cítricas, las cuales han sido fusionadas en variedades que resultan curiosas y sabrosas. Los cultivos están a 2.300 metros, por lo que el suelo es rico en sales, minerales y otros componentes del agua de lluvia.
“Otro factor que beneficia la siembra de limones, mandarinas y naranjas, así como las frutas híbridas entre limón-mandarina, limón-naranja y lima-mandarina, es la presencia del sol. Al estar en la parte alta la temperatura en las mañanas y noches no supera los 12 grados, pero al mediodía y gran parte de la tarde sube hasta 27 grados; para muchos este es el secreto de la productividad de nuestros suelos”, aseguró Holguer Manobanda, agricultor de San Rafael Alto.
Estas variedades están disponibles de enero a julio. El traslado desde el centro de Patate toma 15 minutos, por una carretera asfaltada y señalizada. El acceso a las fincas de frutos cítricos de San Rafael no tiene costo. (I)