Aun antes de las 07:00, las iglesias céntricas de Ambato estaban concurridas con feligreses que buscaban escuchar misa y colocarse la ceniza en la frente como una forma de mantener la tradición católica.

“‘Polvo eres y en polvo te convertirás’, así lo afirma la Biblia y es preciso no olvidarlo para no apegarnos demasiado a las cosas mundanas”, dijo Esther Rodríguez, mientras salía de la Catedral en dirección a su casa en el barrio El Español.

Esta abuela lamentó que ninguno de sus nietos la acompañara. “Los jóvenes de ahora consideran que esto no es importante y que es cosa de viejos. Es una pena”, dijo.

A pesar de eso, iglesias como las de Santo Domingo, San Francisco, La Medalla Milagrosa contaban con creyentes en edades diversas. Personas con traje y corbata, alternaban con comerciantes y padres de familia que ingresaban luego de dejar a sus hijos en las escuelas del sector.

En Santo Domingo la concurrencia fue masiva, a un costado de la concurrida avenida Cevallos, uno de los sectores comerciales más importantes de la capital tungurahuense.

El sacerdote solicitó la ayuda de religiosas que detrás de las verjas le ayudaban a colocar la señal de la cruz, elaborada con cenizas de los ramos santos del año  pasado, en la frente de adultos, jóvenes, niños y niñas.

Esto continuó pasado el mediodía y en la tarde, pues hubo padres de familia que con sus hijos de la mano entraban a los templos para cumplir con este ritual.