“La época en la que niños y jóvenes con alguna discapacidad se quedaban en  casa por falta de planteles que suplan requerimientos, gracias a Dios ha terminado”.

Narcisa Gómez, madre de un estudiante ambateño de segundo año de bachillerato con discapacidad física, se refiere con este enunciado al gran avance que ha tenido la educación inclusiva en Ambato.

Además de contar con escuelas especializadas para personas sordas, como la Unidad Camilo Gallegos; el Instituto Especial para Ciegos y el plantel para personas con discapacidad física e intelectual, en El Peral, algunos colegios de la ciudad cuentan desde hace 10 años con infraestructura que facilita el acceso, desarrollo físico e instrucción académica de este grupo de personas de atención prioritaria.

En su interior, se han habilitado barandales, rampas, ingresos, aulas y baterías sanitarias especialmente diseñadas para el uso de alumnos con diferentes grados de discapacidad física.

El predio de Huachi Pata, del centenario colegio Bolívar de Ambato, es un ejemplo de lo antes expuesto. River Donoso, rector de la institución, manifestó que estas implementaciones garantizan el derecho al estudio de toda la población.

“Creo que es un deber primordial entregar a la sociedad escuelas y colegios con instalaciones diseñadas  para que las bases de la sociedad, niños y jóvenes, que padecen de alguna discapacidad, puedan estudiar en un ambiente saludable y donde además puedan moverse, capacitarse, divertirse y socializar con total libertad. En este sentido, la administración estatal está realizando grandes esfuerzos para garantizar el cumplimiento de los artículos 26, 27, 28 y 29 de la Constitución del Ecuador”, dijo.

Los apartados de la Carta Magna se refieren al derecho ineludible a la educación de la población sin distinción, y de manera obligatoria, intercultural, democrática, incluyente y diversa, de calidad y con absoluta calidez. Además de esto, Donoso manifestó que durante el presente año lectivo, el Ministerio de Educación planifica habilitar en este predio una unidad especial donde estudiantes de planteles del circuito 1, como la escuela México, Juan Benigno Vela y Juan Montalvo, reciban instrucción especial en cada deficiencia, sea física o intelectual, con docentes expertos en el tema. Otras instituciones con infraestructura inclusiva son colegio Rumiñahui, Natalia Vaca, Hispano América y Ambato, entre otras.

A la par de instalaciones adecuadas, según algunos sicólogos, para la educación y desarrollo de estas personas es necesaria la solidaridad en todo su entorno.

“Si bien la infraestructura adecuada representa el 50% de ayuda para personas con dificultades para desplazarse, el otro 50% está en manos de la gente que los rodea, entre ellos maestros y compañeros. Principalmente se debe educar a estos últimos para crear una conciencia de solidaridad”, manifestó Isabel Loaiza, sicóloga.

Diego Gamboa, alumno con discapacidad física de tercero de bachillerato del colegio Bolívar, ratifica este punto de vista, y añade que también es necesario crear talleres de integración física, intelectual, cultural y deportiva entre todos los estudiantes, para que el resto del alumnado entienda sus limitaciones y nivel de desempeño académico.