A pocos meses de la culminación del Mercado de Quisapincha la expectativa entre los habitantes va en aumento. En agosto de 2015, el GAD Parroquial de Quisapincha y el GAD Municipal de Ambato empezaron la construcción del nuevo mercado de esta población que está situada a 12 km de Ambato.

Iván Lara Castillo es el ingeniero civil a cargo de la ejecución de la obra. Actualmente, 20 personas laboran en la edificación que cuenta con un presupuesto de $ 920 mil y está en la última etapa, ya que se planificó que esté lista para agosto del presente año.

El edificio se levanta entre las calles 9 de Octubre y El Cóndor. Ocupa un terreno que servía como sitio de feria popular a los agricultores que vendían productos como papas, legumbres, hortalizas e incluso animales (ovejas, cerdos, cuyes y conejos).

Desde que iniciaron los trabajos los comerciantes realizan sus ferias y ventas en la plaza junto al cimiento, donde han tenido los mismos resultados económicos. “Debido a la ubicación del lugar las ventas no han cambiado seguimos teniendo el mismo ritmo de ventas”, dijo Ángela Pullutasig.

Esta parroquia se encuentra a 25 minutos de Ambato, en dirección al páramo en los dominios del cerro sagrado denominado Casahuala.

José Vivanco, presidente del GAD Parroquial, explicó que esta infraestructura contará con 2 plantas, divididas en secciones para hortalizas, frutas, tubérculos, etc. El costo de los locales está listo, pero se espera la inauguración de la obra para revelar los detalles. “Es importante que todo esté en óptimas condiciones para que los interesados puedan comprar los puestos”.

Desde ya, los agricultores y comerciantes están entusiasmados con el moderno inmueble que ya toma forma. Una de ellos es María Quilligana. “Deseo que la obra termine pronto para poder vender mis papitas. Nuestro principal obstáculo era el clima ya que si llovía la tierra se mojaban y enlodaban los productos. Esto cambiará con el mercado”.

Vivanco también tiene expectativas positivas con respecto a todas las obras que se realizan, ya que ayudarán al crecimiento turístico y comercial de esta parroquia.

Un ejemplo de esto es el caso de  Ángela Proaño. Ella vende humitas, quimbolitos y champús desde hace 15 años. Esta actividad la practica a pocos pasos de donde estará el flamante mercado. “Espero que mis ventas mejoren porque este sitio de seguro se volverá un atractivo turístico”.

El sitio del cimiento es un punto estratégico del pueblo. Cerca de allí   se encuentran las curtiembres, la feria artesanal del cuero, la iglesia, el parque y varios restaurantes de comida típica.    

Por ahora, alrededor de 300 comerciantes, los martes y domingos, siguen utilizando la explanada adoquinada al pie de la iglesia que data de 1764 y que fue construida en honor a san Antonio de Padua.

Esto lo hacen así porque no contaban con un mercado apropiado para exhibir sus productos.

Por eso utilizan carpas plásticas, lonas y cubetas. Los compradores llegan a las 07:00 desde las 18 comunidades cercanas. La gente busca  lechugas, quinua, papas, zanahorias, cebollas, arvejas, cebada, fréjol, ocas, mashua, cauca, coliflores y más. (I)