Abril es el mes de la educación en Tungurahua. Por ello, la Agenda de Desarrollo Humano y Cultura del gobierno provincial  contiene actividades que apoyan el aprendizaje y la enseñanza de la niñez y juventud, con diversos e interesantes métodos  pedagógicos.

Uno de ellos es la Biblioteca viajera, proyecto que se inició en el 2010, y está vigente debido a la demanda que ha tenido: “Por la distancia, es difícil para nuestros niños ir a la biblioteca, consultar y leer.  Así que este proyecto cumple con varios fines educativos, además de estímulo y diversión para la infancia”, afirmó Galo Narváez, Director de la escuela República de Suiza, ubicada en la parroquia El Triunfo, del cantón Patate.

A esa escuela asisten 180 estudiantes, quienes residen en una de las parroquias más alejadas de Tungurahua, puesto que está localizada a dos horas de Ambato. Allí, los maestros y  alumnos recibieron en esta semana, a  la Biblioteca Viajera y a las sorpresas que siempre lleva consigo el proyecto.

Una comitiva especial, integrada por bibliotecarias, un animador infantil y muchas cajas de madera pintadas de colores, las que contienen libros, materiales didácticos, música, títeres, juguetes y variedad de elementos que encantan a los niños arribó al plantel.

En instantes, las cajas fueron abiertas y dispuestos ordenadamente los libros. Entre tanto, el animador, el maestro Rodrigo Herrera, invitó a los escolares y maestros a  participar de la primera fase de la visita de la Biblioteca Infantil.

Luego,  Herrera, cantautor y maestro de música, comenzó un concierto de temas  infantiles en el que los estudiantes participaron activamente.

Tras esa singular iniciación, que tomó alrededor de una hora, la técnica Evelin Hidalgo estaba lista detrás de las mesas donde se exhibían  decenas de libros llenos de novedades. Ella es maestra de educación primaria y prepara actividades para cada escuela,  con las que ayuda a mejorar la lectura y comprensión de los libros.

En ese momento, Evelin recibió a cientos de alumnos que la rodeaban, mientras  ella les facilitaba las obras de su gusto.

Con emoción, los pequeños  abrían los tomos, los leían y compartían. Aunque algunos preferían disfrutar de la lectura en soledad.

La idea de trasladar a los técnicos, la biblioteca y sus servicios es una de las acciones más relevantes en la región, según el sociólogo Nelson Reascos. “La decisión es acertada. La lectoescritura  precisa en la niñez, de creatividad y estímulo permanente para que se mantenga como un gusto personal y colectivo”, refirió el experto.