Jóvenes embarazadas continúan sus estudios
Los embarazos de adolescentes preocupan a las familias y autoridades de Chimborazo. Solo en el Hospital General Docente de Riobamba (HGDR), se registran de 6 a 7 partos diarios en chicas con edades comprendidas entre 12 y 17 años.
Mercy Balseca lidera el Club de Adolescentes del HGDR. Según ella, a pesar de que las campañas preventivas son continuas, las cifras no disminuyen. “Esto nos inquieta, pues tener un hijo a una edad tan temprana obliga a muchas adolescentes a abandonar los estudios y a engrosar la cadena de pobreza”.
Sin embargo, las acciones a favor de este grupo social empezaron hace más de una década. Instituciones educativas como el Colegio Técnico y Tecnológico Superior Isabel de Godín impulsan programas especiales para asistir a chicas embarazadas.
El martes pasado, en el Departamento de Consejería de ese establecimiento, se atendían 20 casos de adolescentes en proceso de gestación y 2 de madres solteras.
La ayuda que les ofrecen se enfoca en 3 aspectos: charlas motivadoras para hacerlas sentirse útiles y que no abandonen sus estudios. Además, chequeos médicos diarios y asesoría a las familias de las jóvenes para analizar la nueva situación y obtener el apoyo de los padres.
Consejeros educativos recomiendan hablar abiertamente sobre la sexualidad con los adolescentes.Para Nora Chávez, consejera del colegio, los embarazos prematuros son el resultado de la falta de comunicación entre padres e hijos. “Se deben tratar estos temas con absoluta claridad con las y los adolescentes. El poco interés que se demuestre a esto podría derivar en un lío mayor. Hay niñas que son maltratadas o abandonadas y por eso buscan refugio en hombres que a la final las abandonarán cuando un niño esté en camino”, dijo.
Julia cumplió hace poco 15 años. Su cuerpo ha empezado a cambiar y su cuarto mes de embarazo ya se nota en su cuerpo delgado.
Ella debe esforzarse el doble para asistir a clases a diario. Tiene que solicitar constantemente permiso para acudir a las citas médicas.
No obstante, está decidida a no abandonar sus estudios, pero reconoce que llevar esta responsabilidad en solitario es muy difícil. “El padre de mi hijo tiene 17 años y también asiste a un colegio. Mis padres me apoyan y es paradójico, pues nunca tuve una buena relación con ellos. Me motivan para que estudie. Ahora, en este estado, comprendo hay ciertas reglas que no se deben dejar de lado”.
Otro caso es el de María. Ella se considera una madre soltera que tuvo a su hijo mientras cursaba el segundo año de bachillerato (15 años). El menor cumplió 5 meses y sus progenitores le ayudan a cuidarlo.
“Aun así, las tareas académicas se han vuelto una carga muy pesada para mí, pero no quiero dejarlas. Ya enfrenté el embarazo y el alumbramiento. Creo que muchas jóvenes son afortunadas de poder continuar con sus objetivos sin la responsabilidad de un hijo”.
Otra institución que ayuda a las chicas para que se gradúen de bachilleres es el Colegio Nacional Riobamba. En este centro, según sus autoridades, se registran 10 adolescentes embarazadas y 20 que ya son madres.
El proyecto de inclusión ofrece también 3 alternativas: programas de emprendimiento mediante capacitaciones para que las jóvenes puedan elaborar bisuterías y artesanías; también, una guardería para las madres adolescentes con el apoyo del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES); y educación en horario nocturno.
Rosana Moreno, rectora, explicó que el objetivo es que no dejen sus estudios. “Hemos implementado todo lo necesario para que las estudiantes sigan hasta alcanzar su título”.
A pesar de que las cifras en adolescentes embarazadas no han disminuido, las autoridades en coordinación con los ministerios de Inclusión Económica y Social, Educación y Salud continuarán con los programas de concienciación y apoyo en los colegios y con las familias.
DATOS
El embarazo adolescente se previene, los padres pueden ayudar a sus hijos a transitar por una sexualidad responsable, las conversaciones respecto a la importancia del correcto uso de métodos de protección y abrir los espacios para las dudas adolescentes puede hacer la diferencia.
Los padres deberían exigir que en las escuelas se hable de sexualidad como de cualquier otro tema relevante para la vida de los estudiantes.
En el caso de que el embarazo adolescente llegara a concretarse es importante que, los futuros padres, cuenten con el apoyo respectivo de sus familias.