El camal de Latacunga ubicado en el barrio San Martín, en la periferia de la ciudad, fue suspendido en sus operaciones a inicios de mes, para ser readecuado y que obtenga su licencia ambiental. Desde entonces, los introductores de ganado y cerdos  acuden a los centros de faenamiento vecinos de Saquisilí y Salcedo.

Sin embargo, los comerciantes no están conformes, pues deben invertir más dinero en transporte y pago por servicio. Además, consideran que estas instalaciones no permiten el desposte de todos los animales.

Édgar Raúl Sánchez, administrador del camal de Latacunga, afirmó que en el lugar se faenaba un aproximado de 60 a 70 reses diarias, a un costo de 11 dólares. En Salcedo se sacrifican apenas 20 reses por día a un precio de 15 dólares, por cada una.

Fausto Cruz, administrador del camal de este último cantón, informó que mantienen reuniones con personal del GAD Municipal de Latacunga, para coordinar sobre la atención a los introductores de esta ciudad.

Reconoció que el camal de su ciudad no puede superar su capacidad.
“Todavía no tenemos un número determinado de cabezas de ganado que se faenarán por día”, dijo.
Cruz manifestó que se atenderá a los introductores latacungueños, pero se dará prioridad a los de Salcedo.

Julio Iza, introductor latacungueño, expresó que la situación se complicó con el cierre del camal, pues además de las limitaciones de cantidad está la lejanía.

“Para trasladar a las reses a Salcedo debo pagar una camioneta porque no tengo vehículo propio. Gasto hasta 20 dólares en pasajes de ida y vuelta. Así no se obtendrá ganancia alguna”, precisó.

Al principio, sostuvo, se opusieron al cierre del camal porque preveían esta situación.
Recordó que esta medida podría incrementar la apertura de camales clandestinos.

Según la Dirección Provincial del Ministerio de Ambiente (MAE), existirían alrededor de 50 de estos sitios. Empero, el cierre temporal del camal era inevitable, pues el Cabildo de Latacunga tendría que pagar una multa de 80 mil dólares de no realizar las adecuaciones necesarias.

Entre los trabajos están: cambio de baldosas, pintura de paredes, colocación de rejillas y otras obras. Estos trabajos se han presupuestado en cerca de 25 mil dólares.
Del mismo modo, deberá adecuar la planta de tratamiento, en la cual se invertiría un aproximado de 600 mil dólares.

Patricio Sánchez, director de Ambiente del Ayuntamiento, comentó que esperan cumplir los trabajos con agilidad, para abrir lo más pronto posible.
Explicó que para volver a funcionar hay cuatro instancias que ejercen control: el Cuerpo de Bomberos, la Dirección de Salud, la cartera de Estado y La Agencia Ecuatoriana de Aseguramiento de la Calidad del Agro (Agrocalidad). “Estas deben inspeccionar las readecuaciones y definir si el camal cumple las condiciones para seguir trabajando”, añadió.