Infecciones de tipo sexual aquejan a las mujeres de Zumbahua
‘Marcia’ se envuelve en una chalina para protegerse del intenso frío del páramo. Espera ser atendida en la sala del hospital Claudio Benati, en la parroquia Zumbahua, a 35 kilómetros de Pujilí.
Tiene 24 años, está casada y tiene 3 hijos. Debido a los problemas en el agro, su esposo migró a Quevedo en 2011 para trabajar como ayudante de albañilería y regresa periódicamente a casa.
El Ministerio de Salud Pública ayuda a este hospital con un programa de asistencia infantil.Hasta hace 2 meses su salud estuvo bien, pero ahora siente molestias en su zona íntima. Anita Villafuerte, directora del hospital, le detectó a ella y a otras mujeres, en similares circunstancias, infecciones vaginales y enfermedades de transmisión sexual.
“Hace 15 años, este tipo de dolencias eran raras en el páramo, pues a la redonda no hay zonas de tolerancia”, dice el galeno que atribuye este hecho a la migración.
Y añade: “En las ciudades grandes, muchos de ellos van a centros de diversión para adultos y por desconocimiento se contagian y al volver contagian a sus esposas”.
El asunto se volvió preocupante, pues de 20 mujeres que se auscultan, 1 presenta este inconveniente. A diario, en esta casa de salud se atiende a un promedio de 70 pacientes, el 70% es indígena y el resto proviene de La Maná, Latacunga, Quevedo y Pujilí.
Según Alfonso Tulpa, presidente de la Junta Parroquial de Zumbahua, al menos el 45% de la población migró en los últimos años.
Las mujeres que tienen prole llegan a las urbes a trabajar y estudiar, y dejan a sus hijos al cuidado de algún familiar. “Si durante los primeros meses de vida el recién nacido no se alimenta con leche materna bajan sus defensas y es presa fácil de la anemia”, detalló Villafuerte, tras asegurar que la anemia infantil también es preocupante.