Los Ministerios y gremios de profesionales, según el técnico, deben involucrarse
“Implementación de buenas prácticas está retrasada”
El Colegio Regional de Ingenieros en Alimentos de la Zona Central está en proceso de acreditación para convertirse en un Centro de Capacitación y Formación Profesional. Eso con la ayuda de un consultor calificado por la Secretaría Técnica del Ministerio Coordinador de Producción, Empleo y Competitividad.
Con esto iniciará una serie de capacitaciones en diversos ámbitos y de interés para miles de productores y emprendedores de una de las regiones agrícolas y productivas más importantes del Ecuador, especialmente en cuanto a la implementación de las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM).
¿En qué tiempo se conseguirá esta acreditación?
Según el contrato se logrará en 3 meses. Luego de ello, estaremos en la capacidad de armar cursos de capacitación y la formación profesional de los distintos individuos relacionados con el sector alimentario.
¿Qué temas se abordarían en Tungurahua?
Actualmente hay una serie de inconvenientes por el incumplimiento de muchas industrias en cuanto a la implementación de las Buenas Prácticas de Manufactura. Esto debe ponerse en práctica en la grande, mediana y pequeña industria, incluso en la artesanal.
Conceptualmente, ¿qué son las BPM?
Se aplican en todos los procesos de elaboración y manipulación de alimentos y son una herramienta fundamental para la obtención de productos inocuos. Constituyen un conjunto de principios básicos para garantizar que los productos se fabriquen en condiciones sanitarias adecuadas y se disminuyan los riesgos inherentes a la producción y a la distribución.
En ese contexto, ¿la capacitación de estos actores productivos debería ser continua?
Por supuesto. La capacitación debe durar un tiempo necesario para que los actores principales como las vivanderas o personas que tienen que ver con la elaboración y manipulación directa de alimentos, por ejemplo en sitios próximos a establecimientos educativos, entiendan que es importante hacer bien las cosas por el bienestar de la salud pública.
¿Esta tarea, en base a la idiosincrasia local, no parece tan sencilla?
No lo es. Es un trabajo duro que lleva su tiempo. Y en consecuencia estamos con toda la disposición para ayudar a la Agencia Nacional de Control Alimentario, para evaluar y hacer los seguimientos necesarios, pues de lo contrario se continuarán expendiendo productos que no son aptos para el consumo.
¿A qué sectores interesa esto?
Podríamos interactuar con todos los sectores involucrados con alimentos, incluso con las universidades que ofertan la carrera de Ingeniería en Alimentos y especialidades afines.
¿El reto es posible entonces?
Si todos los ministerios, colegios profesionales y consumidores nos concienciamos entonces sí lo conseguiremos y con formación profesional. Contamos con 2 aulas de 50 metros cuadrados, con capacidad para 30 personas, con todo el mobiliario. Estamos en la Avenida Los Atis, detrás de la Universidad Técnica de Ambato (UTA).