Identidad patrimonial en rescate
El 13 de octubre del 2007, el patrimonio del Ecuador sufrió uno de sus más grandes atentados con el robo de la Custodia de Riobamba. Con ella no se fue solamente una pieza religiosa; se perdió, además, parte de la identidad de una ciudad, indicó Daniel Pazmiño historiador.
Fue a partir de este hecho que en el país se empieza a mirar desde otros puntos de vista el estado de conservación de cada uno de los bienes patrimoniales del país y, el 21 de diciembre del 2007 el Estado ecuatoriano, mediante un decreto decidió declarar al patrimonio cultural en emergencia.
Es a partir de ese documento que se inicia un inventario patrimonial, que detectó alrededor de 2 millones de objetos en todo el país.
Además, se visualizó la necesidad de contar con programas y proyectos emergentes en cada una de las provincias del país para el rescate de los patrimonios materiales e inmateriales.
En la región centro se determinó que las provincias con mayor riqueza patrimonial material eran Cotopaxi, Chimborazo y Bolívar. Mientras que Pastaza y Tungurahua se distinguen, más bien, por los bienes inmateriales y naturales.
“Lo fundamental cuando alguien habla de patrimonio es la posibilidad de que el ser humano se sienta identificado con ese bien, que forme parte de su construcción. Ese es el valor principal de cualquier tipo de rescate que se quiera efectuar”, afirmó el arquitecto Diego Villacís.
Las declaraciones patrimoniales que hoy son más frecuentes deben venir sostenidas por un apoyo concreto para lograr esa identificación, sostuvo Villacís.
Ese es el caso de Guaranda (Bolívar), que fue declarada como ciudad patrimonial el 23 de octubre de 1997. “Eso no significaba nada. Si la gente no tumbó su casa fue porque no había plata. Pero poco interés había. Ahora como que las cosas son distintas; ya se sabe que tener una casita antigüa da plata, vienen los “gringos” porque eso les gusta y con ayuda de los gobiernos sí resulta ser patrimonio”, dijo Angel García, guarandeño y propietario de una vivienda patrimonial, ubicada a una cuadra del parque Libertador.
Como él hay decenas de personas en la zona centro del país que ven como una buena inversión el conservar el bien patrimonial.
“Mi casa la convertí en hotel. Al inicio la inversión fue dura, pero hoy los clientes muestran sus preferencias por la arquitectura de este lugar”, dijo Luis Larrea, propietario del Hotel San Pedro, ubicado frente a la Estación del Tren de Riobamba.
No obstante, aún hace falta indentificar el valor de lo patrimonial para lograr su conservación, señaló Pazmiño.