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Entrevista / luis miguel ledesma / músico y compositor tungurahuense
"La música nacional es nuestro rasgo de identidad"
Del anonimato saltaron a las luces de la fama como ganadores del reality televisivo nacional ‘Ecuador Tiene Talento’, edición 3, en diciembre de 2014.
Desde entonces el dúo de los Hermanos Ledesma (Carlos y Luis Miguel), que proviene del diminuto pueblo de Pinguilí en el cantón Mocha (Tungurahua), pudo soñar con grabar sus propias composiciones nacidas de la pasión interpretativa por la música ecuatoriana.
El guía de este equipo es Luis Miguel Ledesma. Tiene 23 años y es un virtuoso del acordeón y la guitarra.
Su voz aguda y modulada tiene el poder de devolverles la vida a intérpretes idolatrados como Julio Jaramillo, Fresia Saavedra, Carlota Jaramillo, Benítez y Valencia, etc.
¿Cuál es el objetivo del dueto luego de ganar en el reality ‘Ecuador Tiene Talento’?
Queremos conformar un grupo musical profesional con estándares de calidad y presentaciones en vivo, sin apartarnos de la esencia de la música nacional.
¿Consiguieron grabar un disco?
Sí, lo hicimos y fue titulado Porque la música nacional vive. El disco tiene temas inéditos compuestos por Carlos, mi padre que falleció hace 5 años, y yo.
¿Es un reconocimiento al aporte de su padre?
Manuel Ledesma fue un reconocido requintista nacido en la provincia de Bolívar. Era el músico, escritor y compositor de la casa. Tuvo reconocimientos nacionales e internacionales por sus composiciones. Lo recuerdo con cariño y amor porque gracias a él y el apoyo de la gente reconocemos con humildad el sitio donde hemos llegado.
¿La música nacional los distingue, es el sello identitario del dúo?
Por supuesto. Interpretamos pasillos, valses, boleros, sanjuanitos, tonadas, cachullapis, pasacalles y más. La música nacional es nuestro rasgo de identidad artística. Sin embargo, vamos a innovar en este año para capturar a las nuevas generaciones.
¿Cómo van a innovar?
Además de la música nacional interpretaremos géneros internacionales como la bachata y el vallenato, a nuestro estilo.
¿Qué puede decir de sus composiciones?
En el disco que grabamos en 2015 hay 2 temas míos. ‘Nido abandonado’ es un pasillo que habla de la mujer que se va del hogar familiar.
¿Y el segundo tema de qué habla?
Es una tonada en ritmo nacional, alegre, dedicado a los migrantes que ya no regresan al país. “Ecuatoriano ama a tu patria por su nobleza y tradición”, dice el estribillo.
¿Cómo responde el público por este tipo de música e interpretación en la que predominan las guitarras y el acordeón?
El estilo 100% nacional ha pegado más en la Costa, sin desmerecer a la Sierra y la Amazonía. En Guayaquil, Machala, Huaquillas, Quito, Latacunga, Ambato, Cuenca, Puyo y otras ciudades nos han recibido con mucho amor y entusiasmo.
Ustedes son jóvenes y llevan una vida bohemia, aun así han conseguido mantenerse al margen del consumo de licor, ¿es cierto eso?
Somos jóvenes y no estamos de acuerdo con esa filosofía popular que dice: “Artista que no bebe no es artista”. Lo que nosotros presentamos es arte y espectáculo que merece lo mejor de nosotros sin alteraciones como tributo y respeto al público. No necesitamos del licor para salir a los escenarios.
¿Y qué sucede si alguien les ofrece una copa?
Aceptamos, pero no bebemos. Yo digo al micrófono la primera y la última que me sirvo con todos y la gente respeta eso. Es un tema de educación más que de principios. Tengo 23 años y mi hermano Carlos, 17, y decimos a la gente en general que no se necesita ingerir bebidas alcohólicas para disfrutar de nuestra música nacional.
¿Cuántos de sus 23 años ha dedicado a la música?
Ya casi son 19 años y mi hermano 10. Mi padre nos decía que los instrumentos musicales no se prestan y hay que tratarlos mejor que a nadie. Son nuestras reliquias emocionales.
¿Qué ritmo del pentagrama nacional les gusta más interpretar?
Nos gusta todo, pero el pasillo está en nuestra preferencia como género musical ecuatoriano. Después me agradan el tango y el bolero.
¿Dejaron su pueblo, Pinguilí, y están radicados en la capital provincial?
Así es. Para facilitar las presentaciones nos radicamos en Ambato. Estamos muy cerca de la terminal terrestre en Ingahurco.
¿Cuántas presentaciones semanales o mensuales realizan?
Hacemos prácticamente una presentación diaria. A veces hasta 2 en diversas ciudades y la gente se sorprende de que no usemos pistas u otros recursos tecnológicos para compensar las voces. Pero lo nuestro es la presentación en vivo.
¿Cómo resisten?
Nos cuidamos mucho de no tomar licor, ni fumar y tenemos técnicas para calentar la voz. Usamos siempre bufandas para evitar que el frío dañe nuestras gargantas, pues muchas veces salimos de madrugada de algún lugar donde nos han contratado.
¿Su apariencia física, no exenta de la moda juvenil, no influye en sus preferencias tradicionales?
La presencia física no influye en el arte que realizamos. Sentimos en el alma lo que hacemos. Me motiva mucho interpretar a Julio Jaramillo. Sus letras, su música son únicas y siguen vigentes.
¿Practican a diario con sus instrumentos?
No dejamos de hacerlo. El acordeón y la guitarra requieren afinación y acoplamiento a las voces. A la gente le gusta nuestro estilo de interpretación de la música nacional. También toco requinto, piano, órgano, trompeta y bajo.
Provienen de una familia talentosa en la que también intervienen su madre y hermana. ¿Qué pasará con ellas?
Efectivamente nos vamos a innovar. Vamos a buscar nuevos talentos para potenciar nuestra propuesta musical en orquesta. Fusionaremos géneros y estilos y los lanzaremos al mercado.
¿Y qué tal grabar la música nacional con la participación de otros talentos ecuatorianos como ya lo hizo Juan Fernando Velasco?
Estamos abiertos a esas posibilidades. Nos gustaría mucho, pues nos dedicamos 100% a esto. Vivimos de este arte.
¿Cambiaron incluso su vestimenta de presentación?
Es parte de esta nueva etapa. Dejamos los jeans por trajes de buen corte. La imagen es muy importante para nosotros además de la calidad interpretativa.
¿La canción ‘Mi bien divino’ qué tan especial es para ustedes?
La escribió mi padre y en su homenaje no dejaré de cantarla. (O)