Quince hectáreas de bosque de parroquias rurales de Cotopaxi y Tungurahua fueron devastadas por el fuego en los últimos días.

El primer incendio forestal ocurrió hace una semana en la parroquia Mulaló, en el norte de Latacunga. Allí las llamas consumieron una extensión aproximada de 50 mil metros cuadrados de pino, eucalipto, arbustos y pajonal.

El más reciente ocurrió el sábado, a las 16:15, en la comunidad Condesan, perteneciente a la parroquia Quisapincha, en el sur de Ambato. Cerca de 10 hectáreas de eucalipto y demás vegetación del lugar fueron arrasadas por las llamas y provocaron una intensa humareda que pudo ser observada desde los cantones Pelileo, Baños y Patate.

Al parecer la causa de los incidentes son descuidos humanos al  quemar pajonales, motivo por el cual las entidades de socorro se encuentran en alerta máxima pese a que no es temporada de incendios.

Gregorio Hidalgo, gerente general del Cuerpo de Bomberos de la capital tungurahuense, dijo que el personal de la entidad realiza recorridos continuos para evitar desastres.

“Aunque la mayor parte de incendios en Tungurahua y provincias vecinas ocurren entre agosto y noviembre, el patrullaje es permanente. Tengo entendido que esta labor también se realiza en cantones de Chimborazo y Cotopaxi, debido a los bruscos cambios climáticos de los últimos días”, manifestó.

El siniestro de Mulaló fue atendido por el Cuerpo de Bomberos de Lasso y Latacunga. Pese a la cercanía de varias viviendas, afortunadamente no se registraron afectaciones humanas ni estructurales.

“Últimamente el clima es extraño. Las lluvias se disiparon y además están afectando a la agricultura del sector”, indicó Martha Caya, habitante de la parroquia.

De igual forma, en Quisapincha no se produjeron daños en la salud de los moradores ni se reportaron pérdidas de casas y ganado. Para sofocar las llamas fue necesaria la intervención de 16 agentes durante 5 horas y varias motobombas.