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Ecuador, 24 de Noviembre de 2024
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El Telégrafo
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A pesar de las lluvias recientes, la obra no se ha detenido

Estabilización de taludes tiene un avance del 70%

El tránsito vehicular en la Pérez de Anda, nexo entre los barrios La Delicia y Miraflores, está suspendido.
El tránsito vehicular en la Pérez de Anda, nexo entre los barrios La Delicia y Miraflores, está suspendido.
Foto: Roberto Chávez / El Telégrafo
04 de junio de 2016 - 00:00 - Redacción Regional Centro

Los habitantes de la calle Pérez de Anda, ubicada en la parte baja del centro de Ambato, agradecen los avances en la estabilización de los taludes del sector.

Allí, por décadas, un paredón de más de 8 metros de alto permaneció a la intemperie, vulnerando la seguridad de los transeúntes, conductores y habitantes, pues los desprendimientos de roca y lodo eran frecuentes.

Por tal razón el pasado 12 de marzo la Municipalidad inició la construcción de grandes muros que contengan el peso de las viviendas localizadas en la parte alta y eviten el desgaste de la pendiente por efectos de las lluvias. Lucas Chas, residente de la obra, señaló que al momento el proyecto presenta un avance del 70%.

“Pese a las precipitaciones y sismos de los últimos meses, la estabilización de los taludes no se ha detenido. La pendiente se compone de material pétreo casi en su totalidad, razón por la cual no se ha venido abajo; la respuesta de los moradores del sector ha sido favorable, motivo por el cual se ha podido avanzar con agilidad”, dijo.    

A más de esto, el jefe del proyecto explicó que el presupuesto inicial es de $ 79.200, y se prevé finalizarlo en un par de meses. “Antes no existía vereda junto al paredón y gracias a que se logró  peinar la pendiente, se habilitará una acera a ese costado”, agregó.

De momento el tránsito vehicular  por la calle Pérez de Anda, nexo entre los barrios La Delicia y Miraflores, está suspendido. Los moradores de las cercanías muestran su gratitud por los trabajos de estabilización, pues esta es una obra que estuvo pendiente por varios años.   

“El peligro fue latente siempre, pues las piedras del talud rodaban constantemente. Varias veces el material pétreo dañó vehículos que circulaban por el sector; dirigentes de localidades cercanas visitan el lugar cada semana para constatar el avance”, dijo Jaime Bolaños, habitante de la ciudadela La Delicia. (I)

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