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El Telégrafo
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Escasez de parqueaderos agudiza el caos vehicular

Escasez de parqueaderos agudiza el caos vehicular
30 de enero de 2014 - 00:00

Los 6 garajes municipales y los casi 60 parqueaderos privados que existen en Ambato no alcanzan para suplir la demanda de los conductores que buscan un espacio para estacionar sus autos.

Esta escasez de puestos de aparcamiento provoca congestión en varias zonas. El problema tiende a empeorar, pues los técnicos de la Unidad de Transporte y Movilidad del Cabildo calculan que casi 5.000 vehículos se suman cada año al parque automotor local. Actualmente, en Ambato transitan por las calles unos 40 mil carros.

Trajano Sánchez, director de la Unidad de Tránsito, explicó que aproximadamente 80 mil vehículos se han matriculado en la ciudad.

Para el concejal Patricio Mosquera la oferta de parqueaderos es insuficiente. “Se debe aprobar alguna ordenanza que regule, tanto el número de estos espacios que se necesitan en el casco urbano, como las condiciones de seguridad y de asistencia para los vehículos y los conductores”, dijo la autoridad.

Según este edil, hace 1 año presentó ante el Concejo Cantonal, el borrador de una norma reguladora que establece las condiciones y requisitos que debe reunir un aparcamiento. El documento fue aprobado en primera instancia y se aspira a que en las próximas sesiones se apruebe definitivamente.

En el centro cívico de la Plaza Urbina, el Centro Comercial Artesanal, el mercado Modelo y al frente del mercado Central se encuentran ubicados los parqueaderos municipales. La hora cuesta 40 centavos.  

En el caso de los parqueaderos privados, que se ubican en el casco central, los precios varían entre 40 y 80 centavos la hora. Sin embargo, la mayoría no satisface los requerimientos de los usuarios, por ejemplo servicios higiénicos, áreas asfaltadas, cámaras de seguridad y señalización, entre otros.

Los estacionamientos privados son pequeños y no pueden recibir a muchos carros.

El concejal Mosquera añadió que deberían tener accesos adecuados que no interfieran con el tránsito vehicular y la movilidad peatonal. “Deben contar con una capa asfáltica adecuada para preservar los neumáticos (adoquín o pavimento), plazas bien delimitadas y desfogues de agua para evitar inundaciones, entre otros”, recalcó.

Manuel Fernández, propietario de un parqueadero en el barrio Obrero, estuvo de acuerdo con las exigencias de los usuarios y del Concejo. “La gente piensa que para tener un espacio de estos solo se debe despejar un área, echar una capa de ripio sobre el suelo y listo, pero no se toma en cuenta que se debe contar con elementos de seguridad tales como extintores de fácil acceso en todo el garaje, espacios amplios para cada vehículo, señalización para una posible evacuación en caso de accidentes y una salida de emergencia”, agregó.

Proyecto en espera

Entre las opciones que la actual administración contempló hace 2 años y medio, para solventar el problema de la falta de espacios para los automotores, estuvo un parqueadero subterráneo bajo el parque Cevallos, como parte del plan de regeneración de esa área recreativa.

“Lamentablemente, no se dio paso a este excelente proyecto que pretendía solucionar una parte del  problema. Tanto los estudios del proyecto como el crédito del Banco del Estado estaban listos para construir  un garaje municipal que daría cabida a alrededor de 600 vehículos de forma simultánea”, señaló Mosquera.

Además, la Municipalidad implementó el Sistema de Estacionamiento Rotativo Tarifado (Simert). No obstante, tampoco es suficiente frente a la demanda y los clientes se quejan porque no hay seguridad para sus carros.

“Usualmente me estaciono en la Rocafuerte, entre Montalvo y Mera. Por supuesto que adquiero los tiquetes para 2 horas que me cuestan 80 centavos, pero siempre pienso que me van a robar, pues los empleados nos han dicho que ellos no fueron contratados para cuidar nuestros vehículos y eso sí que es preocupante”, aseguró Lucía López, comerciante.

El inconveniente es más evidente en las horas pico, es decir, entre las 06:30 y 07:30; 12:30 y 13:30 y 16:30 a 19:00.

DATOS

Entre las 16:00 y las 19:00, la céntrica avenida Cevallos se vuelve un caos diariamente. Cientos de peatones tratan de cruzar por las calles transversales como Lalama, Mera, Martínez, Montalvo, Quito, Guayaquil, Espejo, Tomás Sevilla y otras.   

A la par decenas de conductores intentan estacionarse en las calles paralelas como Primera Imprenta, Mariano Égüez, Sevilla, Rocafuerte y más. Sin embargo, los espacios reservados por el Simert no son suficientes para los usuarios.

“Los estacionamientos municipales, entre los mercados Modelo y Central, son insuficientes para atender la demanda real. A veces paso hasta media hora recorriendo el centro con mi auto hasta encontrar un espacio. Tampoco puedo dejarlo en cualquier lugar porque ya me robaron 2 veces la radio y la cartera”, aseguró Irma Lucero, ingeniera en Sistemas.

En la calle Bolívar, en las cercanías del Cementerio Municipal, la escasez de parqueaderos motiva a los propietarios de vehículos a estacionarse en doble fila y se exponen a que los inspectores del Simert, coloquen candados en las llantas.

Otra zona conflictiva es la avenida Cevallos y la Tomás Sevilla. El intenso comercio que existe en ese sector influye para que las camionetas, camiones y vehículos privados se disputen los pocos espacios disponibles para estacionarse. Es una zona peligrosa debido a  los robos de accesorios.

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