El Centro de Salud tipo A de la parroquia  Panzaleo, en el cantón Salcedo, se inauguró en febrero pasado.
En los primeros 4  meses de funcionamiento, las lumbalgias y resfriados en adultos y parasitosis en niños, han sido las principales causas de consulta.

La obra cuenta con consulta externa, farmacia, imagenología, sala de procedimientos, laboratorio, área de emergencia, fisioterapia y rehabilitación y rayos X.
La edificación le significó al Ministerio de Salud Pública (MSP) una inversión de $ 661.488 y en equipamiento, $ 206 mil.

Según Érika Lema, encargada del centro, más de 50 personas de Pataín, Jacho, Uliví, Tigualó, el centro de Panzaleo, Lampata Chasqui y otros sectores aledaños, asisten diariamente en busca de atención.

“Entre los problemas de salud más comunes son los dolores lumbares (zona baja de la columna), que se deben al esfuerzo excesivo o por una mala postura”, aseguró.
Fue el caso de Juan Toaquiza, de 65 años, oriundo de Jacho. Los dolores fuertes en la espalda empezaron hace 10 años por su dura labor como agricultor.

Aún no se hace tratar, pero espera atender sus ocupaciones pendientes y poder tomar un turno para fin de mes. “Me dicen que la atención es buena y que los doctores son amables, espero poder ir pronto para atender esta dolencia”, indicó.

Por ahora, esta casa de salud cuenta con 3 médicos, una obstetra, 5 enfermeras y 2 auxiliares de enfermería. Le falta un profesional en odontología. Según la encargada del lugar, la convocatoria ya se efectuó y se espera que se presenten los postulantes para que las autoridades puedan contratar.

A los niños los afecta el parásito Giardia que vive en el suelo, los alimentos y el agua. Afecta en el crecimiento infantil y puede provocar desnutrición y dificultades de aprendizaje. Pero a decir de la profesional en salud, las continuas campañas se han encargado de desparasitar a los niños en sus centros educativos y hogares.

Sobre el tema, Marcela Guitala, oriunda de la comunidad Lampata Chasqui, opinó que los niños suelen adquirir parásitos con la comida chatarra. “En la casa cocinamos habas y papas, pero mis guaguas prefieren las salchipapas que compran afuera de la escuela”, comentó Guitala, quien por su trabajo no puede controlar lo que comen los 5 miembros de su familia.

Las brigadas médicas visitan a las familias de sectores alejados, que no llegan por su propia voluntad a las casas de salud, como la de Guitala. “Nos encargamos de vigilar el estado de salud de cada miembro, para que nadie se quede sin atención”, concluyó Érika Lema.