La campaña Por Ser Niña, que se efectúa en 70 países, empezó también en Chimborazo. Su objetivo es concienciar a la población sobre la igualdad, la no discriminación, los derechos y condiciones de vida de las infantes ecuatorianas.

Las acciones se coordinan entre la Gobernación e instituciones como el Consejo Provincial de Seguridad Ciudadana y los ministerios de Educación e Inclusión Económica y Social.

El embarazo en las adolescentes es una muestra del maltrato que podría sufrir una niña en la zona rural.En la provincia, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos 2010 (INEC), el analfabetismo en hombres llega al 9,2% mientras que en las mujeres es de 17,2%. En las zonas rurales es de 16% en hombres indígenas y el 28% en las mujeres.

La carga de trabajo global también muestra desigualdades. Mientras en hombres es de 65,58 horas semanales, en las féminas es de 79,26.

Esta situación afecta, según los expertos, a los niños y niñas. El 80% de las niñas (entre 5 y 17 años) realiza tareas domésticas, mientras que esta responsabilidad en los niños es del 71%.

“Crecen en un medio en el cual, la niña es la que tiene que realizar las labores del hogar, criar a sus hermanos, trabajar en el campo, etc. Los varones, en cambio, todavía pueden escoger cuánto y qué cosas hacer”, explica Hugo Pesántez, gerente de Plan Internacional Niñez Programas Chimborazo.

Y añade: “Desde niñas ya les enseñamos a ser explotadas. Queremos que se cambie este modo de pensar mediante charlas continuas que calen hondo en la gente para que se den cuenta que las pequeñas merecen el mismo respeto y oportunidades que sus hermanos, primos, tíos y amigos”. La campaña encontró otro escollo en esta provincia: el 78% de las infantes recibe algún tipo de maltrato en sus hogares; el 41%, en las escuelas; y el 69% (entre 10 y 15 años) ha sido víctima de violencia de género, especialmente de abuso.

Por eso, la Red Intersectorial por los Derechos y la Equidad de Chimborazo (Ridech) realizó un estudio en grupos focales de niñas, niños y adolescentes en cinco establecimientos educativos de Guamote.

La investigación demostró que “las niñas no tienen espacios abiertos para deportes en comparación con los niños. Los juegos están claramente marcados y diferenciados y responden a roles de género. No juegan a menudo con los chicos pues son groseros y temen que les hagan daño”.

Ridech además halló un inconveniente social: el embarazo en adolescentes, como una muestra del maltrato que podría sufrir una niña. En las últimas dos décadas los alumbramientos en adolescentes (15 a 17 años) se incrementaron en un 81%.

Mercy Balseca, psicóloga del Hospital General Docente de Riobamba, opina que la actitud que desarrollan los hombres se basa en las enseñanzas que reciben en el hogar.

“Esto se percibe más en el área rural de la provincia, ya que es allí donde el varón decide si la mujer estudia o no, cuántos hijos deberá tener. Incluso, se perpetúa la idea errada de que el hombre debe tomar cada decisión de la familia, sin que importe la opinión de su esposa”.

Sin embargo, los expertos creen que esta situación puede cambiar con una educación sostenida en las familias y en las instituciones educativas. “Se debe inculcar el respeto por las niñas desde muy temprana edad”, opina Balseca.

La socialización de esta campaña, que durará cuatro años, iniciará en las escuelas y colegios de Chimborazo con foros de discusión, dramatizaciones, exposiciones y planes estratégicos. Cada año, se evaluarán los avances y resultados.