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Elías Moposita Telenchana comprendió en Alemania que podía hacer rock en kichwa

La música folclórica introdujo a Elías Moposita en el mundo de la música. En su adolescencia este género fue primordial para involucrarlo con extranjeros y músicos que lo ayudaron en Europa.
La música folclórica introdujo a Elías Moposita en el mundo de la música. En su adolescencia este género fue primordial para involucrarlo con extranjeros y músicos que lo ayudaron en Europa.
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El rock en kichwa es una tendencia inusual en la Sierra central. Pero el empuje de un indígena Chibuleo ha hecho posible que este género comience a difundirse en esta zona.

Ujsha Runa Rock es el CD que Elías Moposita Telenchana grabó en Alemania, mientras enfrentaba muchas privaciones en su condición de inmigrante ilegal. Sin embargo, allá se encontró con gente que creyó en su pasión por la música andina que se despertó en su adolescencia.

Hoy tiene 33 años y es oriundo de la comunidad San Francisco de Chibuleo, en la parroquia del mismo nombre. Sus padres son artesanos.

A los 14 años, mientras vendía CD de tonadas folclóricas y también artesanías en los buses y ferias de las ciudades cercanas (Ambato, Baños de Agua Santa, Riobamba y Quito) conoció a turistas extranjeros que le hablaron de sus países.

Una familia de alemanes incluso lo invitó a su país y Elías le tomó la palabra. Con su grupo de música andina, Chibuleo Manta, viajaron a Colombia en 1995.

Tenía que reunir para el pasaje y el pasaporte. Su padre, José Manuel (56 años) hizo un préstamo para él  de 30 millones de sucres ($ 2 mil) en una cooperativa. Eso le sirvió para la ‘bolsa’. “Con esa plata podría hacer algo acá, pero te la doy para que cumplas con tus metas”, le dijo.

Elías se grabó esas palabras y juró que les devolvería esa plata lo más pronto posible. En 1996 viajó solo.

En Múnich lo esperaban en octubre. Hacía mucho frío y tenía miedo a la deportación. Elías sufría por la deuda de sus padres. Luego de esperar casi una hora, llegó Silvia, su  contacto. Viajaron en tren por 40 minutos. Al llegar a su casa le hablaron claro: solo podía estar allí por 3 meses y luego debía seguir su  destino. Buscó un grupo andino para integrarse. Los ecuatorianos le dieron la espalda. Los peruanos, en cambio,  le tendieron la mano.

El idioma era un gran obstáculo, no soportó más y decidió volver a Ecuador. Se fue a la estación del tren de Hauptbahnhof. Pensaba tanto en las deudas que sin querer perdió el tren y el vuelo.

Regresó con la familia extranjera y les pidió una semana de acogimiento. Conoció entonces a un músico peruano en la estación de Marienplatz. Se llamaba Carlos y él le halló un trabajo de limpieza en Siemens. Ganaba 10 marcos por 2 horas. Medio año después, reunió dinero y aprendió alemán, lo básico.

Se mudó a Augsburgo con una norteamericana. Ganaba 20 marcos por hora. Pagó la deuda de sus padres y se dedicó a buscar su sueño.

Conoció a músicos locales con los que grabó su primer CD profesional. Para eludir a la ‘migra’ vivía por temporadas en Polonia y Suiza.  

En ese elapso, Elías también promocionó la música andina en Alemania. En 2003 ganaba mil euros al mes como jardinero y obtuvo la visa al casarse con una alemana. En 2004, estudió música en Augsburgo. Un año después, se inclinó por el rock, luego de ir a un concierto de Bon Jovi.  Fusionó entonces el rock, el folclor, el jazz y el blues. En su CD se destacan temas como ‘Pacha Mama’, ‘Chibuleo Llacta’, ‘Azy Cuy’, etc. En 2015 regresó a Ecuador y buscó el apoyo del músico y empresario local, Rodrigo Acosta, para promocionarse. (I)

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